Cuba

“En Cuba te mueres en un hospital”: la odisea que pasó un cubano con enfermedad renal para llegar a EEUU

Héctor González

Hector González cuenta la frenética travesía que vivió hace poco de varias maneras: los 10 kilos que perdió, las seis diálisis que le hicieron, la sed perenne que lo fatigaba, los 33 días que viajó o el pánico que lo embargaba en los momentos más difíciles de su éxodo.

"En Honduras tuve que montarme en un bus que corría tanto que literalmente volaba entre los huecos, pensé que eso iba a ser mi final. Pero en Guatemala me tocó cruzar un río y la corriente casi me lleva, ahí sentí que me desmayaba, pero logré salir y en México tuve que caminar mucho y sufrir muchos dolores", explica González en una entrevista con Noticias Telemundo desde Miami, donde ahora está residenciado.

González, de 40 años y periodista de profesión, salió de su país el 1 de noviembre y dice que recuerda exactamente el momento en que su vida cambió. Fue en 2018, mientras vivía en China donde dice que desertó de un "trabajo de esclavo" en la cadena informativa Telesur donde sólo le pagaban $400, pero el Gobierno cubano cobraba $4,000 por sus servicios.

"Era una situación imposible, así que deserté y luego empecé a vivir mejor en trabajos de mercadeo y me iba bien. Pero, en 2018, me dijeron que mi riñón había dejado de funcionar y para poder sobrevivir tenía que estar conectado a una máquina de hemodiálisis. Como no pude costear mi tratamiento en China, me tuve que regresar a Cuba", dice y explica que en esa ocasión estuvo varias semanas en terapia intensiva, mientras se recuperaba.

González sufre de insuficiencia renal crónica, un padecimiento del que no pudo mejorar por la crisis sanitaria que afecta al sistema sanitario de su país. "Salí de Cuba porque me iba a morir en el hospital. Allá hay una crisis que se agrava todos los días y es algo nunca antes visto, te lo digo yo que viví el período especial en los noventa", dice con desaliento.

Durante años, el régimen cubano presumió de ser una potencia médica ante el mundo y exportó a sus médicos y personal sanitario a otros países. Sin embargo, el colapso de muchos de los servicios públicos de la isla por la perenne crisis económica ha hecho que unos 12,000 médicos abandonaran el sistema de salud pública en 2022, según datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información.

"En Cuba te mueres en un hospital porque no hay medicamentos y también faltan doctores. Hay muchos grupos de WhatsApp donde la gente consigue las cosas, pero las tienen que pedir afuera. En el hospital nunca hay y el médico te lo dice porque te dan listas para poder hacer los tratamientos y las operaciones. Entonces imagínate lo que eso significa para pacientes con enfermedades crónicas, como es mi caso. Al final, eso es como una sentencia de muerte", asevera González.

NO ES EL ÚNICO

En los últimos meses las redes sociales se han inundado de casos en los que se denuncia la falta de medicinas y los problemas hospitalarios agudizados por la pandemia de coronavirus. El proyecto Cubadata publicó en 2022 una encuesta que refleja el drama sanitario que atraviesan los cubanos: más de la mitad de los encuestados (55.8%) calificó como "imposible" el acceso a medicamentos, lo que sumado a los que afirmaron tener "mucha dificultad", totaliza el 80.3% de la población consultada. 

"Mi niño tiene 10 años y sufre de una insuficiencia renal crónica que está en la fase terminal. Desde los 7 añitos está en tratamiento de hemodiálisis, pero está un poco delicado porque ha tenido muchos problemas con una fístula arteriovenosa y por eso la hemodiálisis no se hace correctamente", dice en una videollamada desde La Habana Mailin Rueda, de 32 años y madre de Juan Ernesto Benítez Rueda, uno de los pequeños pacientes que a diario transitan el calvario de ser atendidos.

El sondeo de Cubadata es elocuente sobre las dificultades que sufren los enfermos en la isla. Sobre la posibilidad de conseguir atención médica, un 57.6% de las personas encuestadas admite que tienen grandes dificultades para obtener atención médica.

"Los niños se nos mueren en los hospitales, muchos compañeritos de mi hijo han fallecido por los problemas en los tratamientos. Mi niño ha tenido 19 catéteres, porque en Cuba se ha vuelto imposible hacer transplantes. Por eso se le alojó una bacteria en el corazón y casi se me muere, ya no sabemos qué más hacer", explica Rueda con desesperación.

En el caso de su hijo Juan Ernesto, tanto Rueda como el padre son compatibles para donarle un riñón pero la operación no ha podido hacerse en la isla, y tampoco han logrado conseguir una visa humanitaria para someterse a ese procedimiento en Estados Unidos.

"Ya en el hospital ni siquiera hay llaves de tres pasos que son unas mangueras que se usan en la diálisis. Me toca llevarlas a mi, pero ya me quedan pocas, no sé qué voy a hacer cuando se me acaben porque sin eso no lo pueden atender", asevera.

Entre 2022 y mediados de 2023, la isla ha experimentado la migración masiva de más de 300,000 cubanos. En el año fiscal 2022, las autoridades estadounidenses han identificado alrededor de 225,000 encuentros de cubanos en la frontera terrestre entre EEUU y México, además, también fueron interceptados en el mar en más de 6,000 ocasiones.

Según diversos expertos, esas cifras superan episodios pasados como el éxodo del Mariel en 1980 o la crisis de los balseros cubanos en 1994.

"La crisis económica tiene un efecto dominó. En primer lugar, la gente no tiene buenos puestos de trabajo, además no hay medicinas en los hospitales, y los médicos se van. Lo que sabemos de la medicina cubana es que la formación es muy sofisticada, pero muchos de estos médicos y enfermeras formados en Cuba, viven en otras partes de Latinoamérica. No viven en Cuba", explica en una entrevista con Noticias Telemundo Jeanne Batalova, analista sénior de políticas e investigadora del Instituto de Política Migratoria.

En un ensayo publicado a mediados de 2023, Batalova y su colega Jiaxin Wei apuntaban que, desde antes de la pandemia del COVID-19, ya se había producido un aumento significativo del número de cubanos que emigran irregularmente hacia los Estados Unidos, lo que ha desencadenado la mayor migración de este tipo en la historia moderna de Cuba.

"Las dificultades económicas y políticas afectan mucho. Por eso es que la gente está buscando opciones para irse a otra parte. Además, en los casos de los pacientes de enfermedades crónicas, tienen que irse porque su vida depende de la posibilidad de conseguir un mejor tratamiento", explica Batalova.

Otro elemento que también impulsa la migración cubana es la falta de libertades civiles y políticas que, entre otras cosas, restringe la libertad de expresión y la oposición política. "Las detenciones arbitrarias y la persecución política han generado un clima de miedo y represión que impiden la participación ciudadana y el ejercicio de libertades fundamentales", denunciaba la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en julio de 2022.

La activista cubana Diasniurka Salcedo Verdecia decidió salir de la isla el 13 de enero, después de haber denunciado en redes sociales y entrevistas el constante acoso de efectivos de los cuerpos de seguridad estatal.

"Me encuentro en travesía en estos momentos en México porque fui obligada a salir del país por los órganos de la seguridad del Estado debido a mi activismo político. El régimen aumentó su represión en contra mía después del 24 de noviembre porque ese día varias madres fueron conmigo a protestar frente al Ministerio de Salud Pública", explica en una entrevista telefónica con Noticias Telemundo.

La CIDH y su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión han documentado al menos ocho patrones represivos por parte del Estado cubano en el contexto de las protestas sociales. "Incluyeron malos tratos, criminalización de manifestantes, cierre de espacios democráticos, juicios sin garantías del debido proceso, propuestas legislativas restrictivas y censura en el acceso a internet", especifican ambos organismos.

En 2023, la CIDH citó registros de organizaciones cubanas de la sociedad civil que denunciaban que, desde julio de 2021 hasta julio de ese año, 1,880 personas fueron detenidas por la represión a las protestas sociales. "De estas, 773 personas siguen privadas de libertad. Además, 909 personas han sido juzgadas y/o sancionadas por su participación en protestas, y al menos 84 de ellas han optado por el exilio tras ser liberadas o durante excarcelaciones temporales", afirmaba la corte.

Salcedo, quien dice que padece de hipertensión, diabetes y cáncer en el páncreas, se fue de Cuba con dos de sus hijos adoptivos y dice que le preocupa la situación médica de su hija, quien no pudo tener un tratamiento adecuado en su país debido a los problemas del sistema de salud.

"Es una niña que tiene 2 años y la tuve grave en una ocasión en el Hospital William Soler en La Habana, porque tiene una malformación en los riñones, cae en crisis renales y ha estado en crisis durante toda la travesía", explica Salcedo. 

Noticias Telemundo contactó al Centro de Prensa Internacional y al Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba para conocer la posición del Gobierno de La Habana sobre los problemas de salud en el país y las causas del flujo migratorio, pero no obtuvo respuesta hasta el momento de publicación de este reportaje.

"SOLO NECESITO UNA OPORTUNIDAD"

Siendo periodista, González conoce bien la realidad de su país y suele tener cifras que respaldan lo que dice, mientras enfatiza que emigró por la imperiosa necesidad de vivir. Afirma que, si se hubiera podido someter al programa de diálisis peritoneal, habría podido mejorar. Pero en la isla ya no hay insumos. "No me lo invento, los datos oficiales dice que, de unos 4,000 pacientes renales, solo 80 tienen acceso a ese tratamiento", explicó.

Como sucede en el caso del hijo de Rueda, el periodista González también sufre de problemas vasculares que resultaron en la formación de varias fístulas, por lo que no fue posible lograr un acceso vascular, y siempre ha tenido catéteres.

Con una sonrisa, González explica que esa es otra manera de contar el tiempo que ha durado su enfermedad: más de seis años, más de 2,200 días o los 24 catéteres que le han dejado hondos surcos en el cuello, además de provocarle una estenosis en los vasos sanguíneos.

Los médicos que lo atendieron al llegar a Estados Unidos el 4 de diciembre, día de Santa Bárbara como recuerda entre risas, lo dejaron hospitalizado durante 16 días al verlo deshidratado, hinchado, exhausto, con infecciones y un pus que le supuraba del catéter.

"Tengo una estenosis venosa eso provoca que muchos de mis vasos sanguíneos estén obstruidos y eso dificulta que me puedan hacer una fístula arteriovenosa que es lo que se usa para hacerme la hemodiálisis mejor, por eso uso catéteres", afirma con cansancio.

Por estos días, González está enfocado en mejorar su salud y está solicitando asilo. Como sucede con muchos inmigrantes recientes, luego de entregarse a las autoridades estadounidenses fue liberado con el documento I220-A, un parole condicional, pero dice que quiere regularizar su situación cuanto antes.

"Para mí es una cuestión de vida o muerte, porque necesito el asilo para que sea más fácil lograr un trasplante", asevera.

González recuerda que, durante las largas noches que pasaba en vela recuperándose de las diálisis, solía entretenerse viendo viejos capítulos de The Newsroom, la serie de HBO que se adentra en el frenesí, la adrenalina y toda la presión que conlleva la emisión diaria de un programa informativo. Entre risas, dice que su personaje favorito es Mackenzie McHale, la exigente productora que tiene un olfato magnífico para descubrir noticias.

"Mi sueño es muy sencillo, recuperar la salud y trabajar como periodista o productor en algún canal de televisión en Estados Unidos. Luego de todo lo que me ha pasado, yo sólo necesito una oportunidad, nada más me quiten esta manguera estoy listo para lo que sea", explica con emoción.

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