Con las piernas vendadas debido a las quemaduras sufridas durante su travesía por mar hacia Estados Unidos, salió este miércoles del hospital Jackson Memorial Julio César Capote, el joven de 21 años rescatado cerca de las costas de la Florida, mientras navegaba en una precaria embarcación de 2 metros de largo x 1 de ancho.
“Yo pensaba muchas cosas, que si iba a llegar, que si me iba a morir, qué me iba a pasar”, dijo Capote.
Habían pasado ya 2 semanas desde que Julio César, su tío Chenli Yoan Capote de 21 años y los hermanos Josué Gabriel y Karen Rojas Pareta, de 22 y 19, respectivamente, se habían lanzado al mar por la playa Herradura, en la zona del Mariel en La Habana.
“Nosotros salimos y a los 3 días se nos vira la balsa y se nos bota la comida, el agua, todo”, dijo Capote.
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Lo peor, asegura, estaba aún por pasar.
“Empieza el sol a quemarnos y a la muchachita junto con el hermano se le empiezan a caer las uñas, a despellejársele las manos a quemársele todas las costillas y ella dice no aguanto más y se tira al agua con el hermano. El hermano estaba peor que ella, desde que salió estaba vomitando deshidratado, vomitaba sangre y todo”, cuenta Capote.
Julio César quedó entonces con su tío, quien según dice, ya había comenzado a alucinar.
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“Y se cae un pedazo de la balsa y él se tiró a cogerla y las olas eran muy grandes y se lo llevaron”.
Solo, estuvo el joven a la deriva por aproximadamente 10 días, y dice que “ya a mi me daba lo mismo, que muriera o seguir vivo”.
Pero un buen samaritano pudo asistirlo y avisar a la guardia costera.
Ya en tierra firme, recuperado de las lesiones y acompañado por su familia, tendrá que enfrentar sus opciones legales.
Según el abogado de inmigración Willy Allen, “esta semana lo van a llevar a acción diferida, que es la oficina de aduana, y le pueden dar una I-94, le pueden dar un parole o lo pueden soltar bajo palabra. Con ese documento es posible que al año y un día pueda tomar su residencia”.
A la misma vez, asegura el abogado, también le pueden tomar su información para eventualmente enviarlo frente a un juez de inmigración.
Allen dice que casos como el de Julio César son aislados, porque en su mayoría a los migrantes los interceptan en alta mar los atienden médicamente y los devuelven a Cuba.