Lo que debió ser una rutinaria asamblea de la Asociación de Padres, Maestros y Estudiantes (PTSA) de la escuela Norman Edlecup en Sunny Isles Beach, derivó en un auténtico caos cuando la comisionada municipal Fabiola Stuyvesant fue detenida por la policía ante la incrédula mirada de padres y alumnos, y todo quedó captado en cámara. El detonante: las denuncias de un presunto mal manejo de fondos que un grupo de progenitores llevaba meses intentando dilucidar.
"Estaban removiendo a una mamá con sus dos hijos pequeños. La situación entró en caos y por estar intentando evitar que eso ocurriera, entonces también dieron la orden de que me removieran a mí", explicó Stuyvesant, madre de un estudiante recién graduado del centro y ex integrante del consejo de la asociación de padres.
La política acudió a la cita acompañada de otros progenitores con el fin de obtener respuestas sobre una presunta conducta "inadecuada" en el seno de la PTSA. "Muchos gastos fueron más altos del presupuesto requerido, y había gastos que hicieron que no eran obligatorios", denunció Genevieve Knowles, ex tesorera de dicha organización.
Entre las pruebas aportadas por Stuyvesant figuran facturas por valor de 21,600 dólares supuestamente desembolsados para adquirir toallas con el pretendido fin de "dejar la nueva junta sin fondos". Asimismo, la comisionada exhibió documentos que acreditarían pagos de 1,500 dólares a dos madres, una de ellas la actual alcaldesa de Sunny Isles, Larisa Svechin.
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"También hicieron una cena de voluntarias del PTSA y se gastaron 1,200 dólares en uno de los restaurantes más caros de Sunny Isles", agregó la edil, quien terminó siendo retenida dentro de un vehículo policial durante varias horas.
El presunto despilfarro de los recursos económicos de la asociación escolar ha indignado a los padres, que exigen transparencia en el manejo del dinero destinado a actividades y programas estudiantiles. "Es bueno que seamos transparentes en todo el dinero que se va a usar para los muchachos y por el futuro de ellos", clamó Mónica Castrillón, madre de un alumno.
La violenta irrupción de los agentes del orden en el centro educativo en respuesta a las protestas por las irregularidades financieras también ha causado estupor. "Esto fue traumático para los niños. Los niños lloraban mientras los padres eran arrestados", relató con amargura Rosemary Buckley, otro de los progenitores presentes.
Pese a los múltiples intentos, ni la PTSA local, ni la organización matriz del condado, ni las autoridades escolares del Distrito han ofrecido explicaciones sobre el bochornoso incidente que ha empañado la reputación de un colegio hasta ahora inmaculado. Una deuda pendiente con la comunidad educativa que las autoridades deberán saldar cuanto antes para restaurar la confianza.
