Cuatro balseros cubanos llegan vivos a las costas del sur de Florida tras varios días en alta mar y a bordo de una embarcación improvisada.
“Me siento realizada pero con la verdad al final del mundo, aquello no tiene solución”, dice una de las personas que salieron desde Santa Fe, en La Habana el pasado 10 de abril
Cuentan que llegaron “a vela y remo, no a motor”. Aunas 70 millas de la isla, los agarró una fuerte tormenta, perdieron el rumbo en medio de las olas de casi 30 pies.“Lo único que me dio a mi fue por decirle a los muchachos y a mi esposa: de ahí no se muevan que esto está lleno de tiburones”, rememora.
Después de 6 días sin rumbos, vieron edificios a lo lejos y siguieron remando hasta que llegaron a Key Biscayne.
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“Cuando nos bajamos nos ibamos de cabeza porque no teníamos fuerza, mojados y sentados” pasaron noches y días enteros con poca comida en una pequeña embarcación de confección casera.
“Soltamos la balsa … salimos para aufera, vimos a alguien preguntamos para Miami y caminamos 3 horas y llegamos”, dice que así fue su primera experiencia ya en tierra.
Llegaron hasta un restaurante Palacio de los Jugos donde una señora les compró su primera comida caliente en casi una semana.
Local
“Yo sinceramente no me fui por traición al país, me fui por la situación, no tengo nada en contra del país y siempre lo voy a seguir queriendo”, dice uno de los balseros, mientras su esposa apunta: “no me aflijo aunque el dolor me mate”.
Son los primeros balseros cubanos que se conoce de su llegada tras la renuncia de Raul Castro como primer secretario del Partido Comunista de Cuba.
Al no existir la política de “pies secos, pies mojados”, se enfrentan a la dura realidad de vivir en las sombras.