En una visita a la ciudad de Bogotá escuchamos la anécdota de un viejo magnate colombiano que después de amasar una riqueza considerable en el negocio de la agricultura sintió que se fue alejando de sus raíces de campesino.
Nos contaron que por las tardes salía de sus lujosas oficinas en la ciudad a refugiarse por horas en la soledad de las tierras que le habían producido tanta riqueza y bienestar. Y allí, echado en una hamaca, pensaba como se había alejado tanto del campo que amaba y lo peor, que sus hijos y nietos se habían criado y crecido en medio de la ciudad sin aprender el verdadero amor a la naturaleza.
Meses pasaron y pasaron los años hasta que se dio cuenta que no todo estaba perdido. Decidió un buen día dedicar una parte de su fortuna a construir un parque temático para ensenarle a los niños y habitantes de la ciudad las ventajas y alegrías de la vida simple en el campo. Así nació la idea del Parque Temático Finkana, que tuvieron otros nombres anteriores vinculados a la franquicia Panaca.
No sé si es historia o leyenda, pero el resultado es tangible y hoy en día el Parque Temático Finkana es visitado por decenas de miles de personas al año.
Este parque es un monumento vivo a la cultura campesina que se encuentra tan arraigada en la mayoría de nuestros países de América Latina. El concepto del parque nació originalmente en las montañas de Colombia, entre los cultivos de café.
Olvídese de los parques temáticos al estilo Disney. Aquí no encontrara nada de eso. No es la tecnología lo que hace este parque especial. La ausencia de la tecnología es en lo que se fundamenta este innovador parque. Suena contradictorio hablar de algo innovador para referirse a un parque arraigado en una cultura tradicional, como es la campesina, pero en este caso es cierto.
Es precisamente porque sus creadores buscaron rescatar las tradiciones agropecuarias y ponerlas al alcance de los niños y las familias del siglo XXI.
El parque Finkana cuenta con varias estaciones, cada una dedicada a una actividad agropecuaria distinta.
Una de las más visitadas es la estación de ganadería. Este lugar fue creado para exponer y practicar toda clase de tareas propias del manejo de ganado, tales como el ordeño y la inseminación artificial.
Local
En la estación de especies menores los visitantes tienen la posibilidad de relacionarse, observar, acariciar y alimentar animales como conejos, curieles, patos, gallinas y numerosas variedades de pájaros.
También son muy populares la estación de porcicultura, con un espectacular “cerdódromo” donde los turistas podrán apreciar esta especie animal compitiendo en difíciles pruebas; la estación de ecología, que es uno de los espacios más educativos de todo el parque. Su principal objetivo es generar conciencia sobre la importancia de preservar los recursos naturales y conocer
Los principales riesgos ambientales que existen en el planeta.
Pero la preferida mía, sin dudas fue la estación canina. Aquí cerca de 50 razas se pueden observar en un una divertida exhibición de adiestramiento. Desde los inquietos y malgeniosos chihuahuas hasta los pacientes y bondadosos San Bernardo. Toda la raza canina en su máximo esplendor, porque estos animalitos están mejor cuidados que muchos de quienes se paran a observarlos.
También hay una estación dedicada a la piscicultura y otra a los caballos
Otra estación es la agrícola, donde se complementan las enseñanzas de cada una de las demás estaciones.
Para llegar al Parque Temático Finkana solo debe alejarse 40 minutos en automóvil del centro de la ciudad de Bogotá, una vez allí le parecerá que habrá viajado cientos de millas y se encuentra en un lugar en medio de la sabana donde las tradiciones, olores y sabores de antaño permanecen vivos y al alcance de la mano y de cualquier presupuesto. Si viaja a Bogotá en familia, sus hijos le agradecerán esa experiencia.
