CIUDAD DE MÉXICO - La mexicana Colima, en el estado del mismo nombre, lidera por segundo año consecutivo con 140.32 homicidios por cada 100,000 habitantes el Ranking 2023 de las 50 ciudades más violentas del mundo, que presentó este miércoles el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
“Por séptimo año consecutivo, una ciudad mexicana es la más violenta del mundo. En 2023, esa ciudad mexicana más violenta del mundo fue Colima, al igual que en 2022”, indicó José Antonio Ortega, presidente del organismo, en una conferencia de prensa en Ciudad de México.
La segunda urbe más violenta del mundo también es mexicana, Ciudad Obregón, en el norteño estado de Sonora, con 117.83 asesinatos por cada 100,000 habitantes.
Manténte al tanto de las noticias locales y del estado del tiempo. Suscríbete a nuestros newsletters gratuitos aquí.
En 2023, siete de las 10 ciudades más violentas del mundo fueron mexicanas: Colima, Ciudad Obregón, Zamora, Manzanillo, Tijuana, Zacatecas y Ciudad Juárez.
En este sentido, Ortega resaltó que “México es el país con el mayor número de ciudades violentas”, con 16 de 50 ciudades con al menos 300,000 habitantes en el más reciente reporte.
"Es algo sumamente grave y es un reflejo de la violencia que estamos viviendo en el país", consideró Ortega.
En el top 10 de las ciudades más violentas están también Puerto Príncipe, en Haití; Guayaquil, en Ecuador, y Mandela Bay, en Sudáfrica.
Los países más afectados por la violencia urbana y la violencia en general son, dijeron, Ecuador, Haití y México.
"El común denominador de los tres países es que se han adentrado considerablemente en el terreno del Estado fallido, condición en la cual el Estado pierde el monopolio de la violencia en favor de grupos violentos que van constituyendo un poder paralelo", aseveró Ortega.
Los homicidios en México decrecieron un 4.18% en 2023 hasta los 29,675, el cuarto año consecutivo de caída tras los años más violentos de su historia, 2019 y 2020, con más de 34,000 víctimas de asesinato cada uno, ambos bajo el mandato de Andrés Manuel López Obrador, según datos del Gobierno.
Incluidas en la clasificación de 2022, salieron de la lista el año pasado las mexicanas Ensenada y San Luis Potosí; las brasileñas Mossoró, Natal y Vitória da Conquista; las estadounidense Filadelfia y Milwaukee y San Juan, en Puerto Rico.
En tanto, en 2023 ingresaron la ciudad mexicana de Manzanillo; las ciudades brasileñas de Caruaru, Macapá y Porto Velho; las colombianas Barranquilla y Sincelejo; Washington en Estados Unidos, y Puerto España, en Trinidad y Tobago.
De las 50 ciudades de la lista, se ubican en México 16; en Brasil, 10; en Estados Unidos, 6; en Colombia, 8; en Sudáfrica, 4; en Honduras, dos, y una de Trinidad y Tobago, Haití, Ecuador y Jamaica.
El informe, criticado por las autoridades mexicanas en el pasado, analiza, con base en los índices de homicidio públicos, la violencia en las ciudades con más de 300,000 habitantes y sin un “conflicto bélico abierto”, y lleva 16 ediciones consecutivas desde 2009, cuando comenzó.
El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal defiende que este es un instrumento que sirve para la toma de acciones, especialmente en un año en el que la violencia ya está recrudeciéndose aún cuando no empiezan las campañas de las elecciones del 2 de junio.
"Tenemos que tener la exigencia a los candidatos para que digan qué van a hacer con la violencia (...) para que el 2 de junio salgamos todos para dar un voto razonado para quien nos ofrezca la mejor solución. 'Abrazos, no balazos' no funcionó, necesitamos otra alternativa que funcione", sentenció Ortega.
Insistió en que México sí puede salir de la lista con la presión de los ciudadanos y la información "con verdad" a través de los medios de comunicación para que los gobiernos escuchen.
"La preocupación estriba en un Gobierno que no ve ni escucha", opinó Leonardo García, coordinador nacional de Misión Rescate México.
"La peor (omisión) ha sido la que se basa en la consigna de 'abrazos, no balazos' del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Esta política no es otra que la de permitir que los grupos criminales ejerzan violencia con casi absoluta impunidad”, concluyó.