MIAMI, Florida - El ambiente en la funeraria Graceland este jueves por la tarde era de profunda tristeza, mientras cientos de personas entre familiares y amigos se reunían para honrar la memoria de George Castellanos, un joven de tan solo 23 años que perdió la vida en un trágico tiroteo el pasado sábado. El servicio en memoria de George, que dejó atrás a sus padres, a su pareja y a su pequeña bebé, se extendió hasta la medianoche.
“Hay fue donde se me derrumbó el mundo y lo tengo derrumbado. No hay forma de levantarme”, dijo George Castellanos, padre de la víctima.
“George era un niño de lo más bello en este mundo, un niño maravilloso, un niño que siempre estaba sonriendo toda la vida, un niño noble”, dijo Claudia Morales, tía de George.
Según las autoridades, Castellanos fue baleado por un individuo mientras trabajaba como guardia de seguridad en el Martini Bar del CityPlace Doral, donde otras siete personas también resultaron heridas en el altercado. El pistolero fue identificado como Jamal Wayne Wood, de 37 años, quien fue abatido por la policía.
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El miércoles, los líderes de la ciudad de Doral se reunieron en una sesión especial para discutir formas de prevenir futuros tiroteos en CityPlace. La alcaldesa Christi Fraga propuso cambios en los horarios de cierre de los establecimientos y limitar la venta de alcohol hasta la 1:30 a.m.
Por su parte, el jefe de policía de Doral confirmó que Castellanos no estaba armado y que es posible que no se hayan realizado revisiones de armas a los clientes que ingresaron al bar esa noche. Un excompañero de trabajo de George afirmó que él no estaba encargado de registrar a los clientes y que la disputa que desencadenó el tiroteo habría sido trivial.
“George era el hermanito de nosotros, de toda la familia de seguridad”, dijo Carlos Guevara, ex-compañero de George.
Agregó que Castellanos no estaba armado por regla de la compañía, pero el joven no era el encargado de revisar a los clientes en la entrada ya que estaba como jefe de seguridad esa noche.
“Solamente había una persona trabajando el piso e inmediatamente que lo relevó pasó la tragedia”, concluyó Guevara.
La semana ha sido increíblemente difícil para la familia de Castellanos, quienes ayer tuvieron que recoger sus pertenencias de manos de las autoridades. El entierro del joven se llevará a cabo mañana viernes, mientras que la comunidad llora la pérdida de un ser querido y clama por medidas para prevenir futuras tragedias como esta.