Broward

Revelan llamada al 911 tras apuñalamiento de madre en Pembroke Pines

Un menor de edad rompió el silencio de una habitación donde él y sus cuatro hermanitos se encontraban resguardados, aterrorizados, mientras su madre agonizaba tras ser apuñalada

Telemundo

En un estremecedor y desgarrador audio, la voz temblorosa de un menor de edad rompió el silencio de una habitación donde él y sus cuatro hermanitos se encontraban resguardados, aterrorizados, mientras su madre agonizaba tras ser apuñalada presuntamente por su propio esposo. La impactante grabación, obtenida del servicio de emergencias 911, nos transporta a los desesperantes instantes vividos por estos infantes en una escena que desgarra el alma.

La llamada, realizada por el hijo mayor de la hoy occisa Verónica Sancler, se torna estremecedora desde el inicio:

"Por favor, apúrense. No, no, no. Quédate allá. Quédate allá", suplicaba entre sollozos a sus hermanitos en un intento por mantenerlos a salvo.

A medida que los minutos transcurrían, el pánico se apoderaba de los menores, quienes buscaban desesperadamente refugio en ese funesto escenario. El mayor de ellos, con voz entrecortada, intentaba infundir calma a la operadora del 911 en inglés, al tiempo que en español procuraba tranquilizar a sus indefensos hermanitos.

"Quédense ahí. Quédense ahí. Todo estará bien", se le oye decir con la entereza que le permitía su corta edad ante tan trágica situación.

Lamentablemente, los esfuerzos por salvar la vida de Verónica Sancler, una venezolana residente en Pembroke Pines, fueron infructuosos. La mujer falleció a causa de las heridas poco después de arribar al hospital. Su esposo, Jorge José Sancler, de 62 años, ahora enfrenta cargos por homicidio.

En los momentos previos a la llegada de las autoridades, los menores se vieron obligados a vivir una auténtica pesadilla, escuchándose en la grabación cómo el hijo mayor relata haber encerrado al presunto agresor en el garaje.

"Por favor, apúrense. Creo que va a romper la puerta", suplicaba con voz temblorosa al operador del 911.

La abuela materna de los infantes, Belkis Sinclair, expresó su total consternación ante el horrendo suceso. "En ningún momento esperábamos nada de esto. Estábamos impactados con todo lo que pasó porque nunca tuvimos esos indicios de que él tuviese esa actitud", confesó con profunda aflicción.

Peter Robinson, dueño de la vivienda y amigo cercano de la familia, también se mostró incrédulo. "No podía creer que ellos fueron los involucrados en el apuñalamiento... pero cuando me di cuenta que él era el sujeto, y ella la víctima, entré en shock", reveló con visible estupor.

En la actualidad, Robinson se ha hecho cargo del cuidado de los menores, quienes inevitablemente cargarán por siempre con las secuelas del traumático episodio que les arrebató a su madre en los más atroces de los modos.

Esta desgarradora tragedia familiar deja una vez más en evidencia las devastadoras consecuencias de la violencia doméstica y la urgente necesidad de erradicar este flagelo que destruye vidas y siembra el terror en los más indefensos. La sociedad en su conjunto debe unir esfuerzos para brindar protección y amparo a quienes se ven atrapados en estas situaciones límite.

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