Laura y Marisol representan a decenas de residentes de Pinecrest, que se han unido para votar “SI” a la anulación de la carta constitucional de esa ciudad.
“Estamos tratando de cambiar nuestro charger que es nuestra constitución”, dice Laura.
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Pero otro grupo de vecinos, que votan por el “NO” dicen estar preocupados y buscan defender el modelo de vida que por los últimos 27 años ha caracterizado a Pinecrest.
“Quieren que votemos NO porque quieren mantener el poder en los consejeros”, asegura Marisol.
Ariel Meyer, quien vota por el NO, explica que “es una propuesta que implicaría que varios de los cambios de zonificación que hoy en día se aprueban bajo votación del alcalde y de los consejeros municipales en Pinecrest, deberían pasar a un método de aprobación adicional”.
“Para que los residentes tengan el poder de votar para la zonificación en el futuro”, explica Laura.
La polémica por el SI o el NO, de acuerdo con este residente, solo afectaría el modelo de gobernación de Pinecrest, por las últimas casi 3 décadas.
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“No deberíamos cambiar esa constitución si no reafirmarla, para proteger el estilo de vida que queremos seguir teniendo”, dice Meyer.
“Una vez que se cambie la ley, los residentes van a tener el poder de votar en los cambios de zonificación, controlar las alturas de los edificios, controlar la densidad que llega a Pinecrest”, dice Laura.
Ernesto Ackeman, quien vota por el SI, dice: “nosotros nos hemos mudado a un barrio tranquilo, donde sea netamente residénciales”.
“Querer pensar qué hay personas o qué hay un grupo importante en Pinecrest que quiere que todo eso cambie para transformar a Pincrest en algo que no es, es una contradicción”, dice Meyer.
No se ponen de acuerdo y alientan a los residentes/votantes, a ejercer su derecho antes del próximo martes 7 de marzo.
