El régimen cubano calificó las protestas dentro y fuera del estadio donde jugaron Cuba y Venezuela como inaceptables.
Culparon de desconcentrar al equipo a manifestantes como Kiele Cabrera, que corrió por el campo de juego con un cartel pidiendo libertad para Cuba.
No es la primera vez que un exiliado cubano protesta de este modo. Esto ocurrió en los panamericanos de Winnipeg en 1999 y así lo narró la Televisión Cubana.
Pero esta vez, los peloteros, actuaron diferente, pues estaban sorprendidos.
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“Ellos están sufriendo tambien lo mismo que el pueblo cubano. Mírense. El cubano es pisoteado”, dijo uno de los fanáticos que asistió al juego.
El régimen castrista agregó que “la portación de carteles orquestadas sobre el banco ocupado por los cubanos resulta inadmisible, con lo que no estamos dispuestos a lidiar”.
Se refiere a lo que hizo una familia de Miami, carteles con fotos del artista y opositor Luis Manuel Otero Alcántara y ofensas al gobernante castrista Miguel Díaz Canel que se pudieron ver y escuchar claramente, en vivo, por la Televisión Cubana.
