En el juego de pelota entre Cuba y Venezuela en West Palm Beach, hubo más que batazos y carreras.
Para muchos fue imposible conseguir entradas. El estadio tiene capacidad para 7,500 personas, pero por las restricciones del COVID, limitaron el acceso.
En medio del juego Kiele Cabrera brincó al campo con un cartel pidiendo libertad para Cuba, mientras el público gritaba en apoyo. Finalmente, la joven fue arrestada, y luego puesta en libertad.
A Cabrera le hicieron firmar un juramento de que no iría al estadio nunca más.
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Otros dos aficionados que sacaron un cartel dentro del estadio, también los sacaron del estadio fueron obligados a salir del evento.
Este es el primer juego de Cuba. Quien gane el primer lugar en este preolímpico tendrá su lugar asegurado en las olimpiadas de Tokio.
