La activista Anamely Ramos, miembro del Movimiento San Isidro, lo supo cuando se le impidió abordar un vuelo de American Airlines entre Miami y La Habana: el régimen cubano le ha negado la entrada a sin explicaciones.
Ni siquiera la intervención de la administración del aeropuerto fue efectiva. Tras horas de reunión con funcionarios de la aerolínea, la decisión se mantuvo.
Al respecto, American Airlines nos dijo en un comunicado: “estamos al tanto y evaluamos la situación (…) nótese que los requerimientos de entrada y admisibilidad son establecidos por las autoridades de cada país y no por las aerolíneas”.
En el caso de Cuba, el reglamento de la ley de migración y extranjería señala una serie de delitos bajo los cuales a una persona no se le permitiría el ingreso a la isla. Según se conoce, ramos no es sospechosa de alguno de ellos.
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La inadmisibilidad es uno de los recursos más empleados por el régimen para evitar el regreso a la isla de ciertos opositores y activistas.
Anamely, integrante del movimiento San Isidro, se encontraba en México, estudiando. En noviembre viajó de forma temporal a los Estados Unidos y al momento de su intento de regreso, conserva la residencia legal en Cuba.
