Washington parece un campamento armado. calles cerradas, todo esta custodiado al extremo. la fisonomía de la ciudad cambió, y no sólo por los preparativos para el día de la inauguración, sino por las amenazas de posibles ataques.
La guardia nacional protege DC. Efectivos con armas largas, camiones, policías de un lado a otro. Pero es aún el capitolio, transformado en una fortaleza, ¿el posible objetivo de grupos de extrema derecha?
Christopher Wray, director del FBI, dice: “Estamos preocupados por las protestas, le dijo el director del FBI al vicepresidente. Pueden aprovechar las secuelas del Capitolio, atacar en otros lugares para desestabilizar y provocar un gran conflicto”.
Ahora los investigadores van obteniendo más nombres de los atacantes a los que aún buscan.
“Nos aseguraremos de tener una inauguración protegida”, dijo Pence.
El ensayo para la ceremonia de inauguración se pasó del domingo al lunes y es por la preocupación que hay de posibles protestas armadas. En relación con esto la alcaldesa de Washington advirtió.
Muriel Bowser, alcaldesa de Washington DC, dice:
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“Recomendamos que impriman y peguen estos carteles en las ventanas de sus negocios. Ante la menor duda llamen al 911 y no se enfrenten a ninguna persona. Si ven algo, digan algo”.
Algunos vecinos de Washington se entristecen hasta las lágrimas cuando miran a su alrededor y dicen no reconocer el ambiente que se respira en su propia ciudad.
El 20 de enero la gente debería estar en su casa. La ceremonia será online. El acostumbrado público que colma la capacidad del National Mall, en cada ceremonia inaugural, será reemplazo por banderitas. Las bandas militares serán solo dos y habrá cambios en el festejo posterior.
