“Estoy en terapia, porque la verdad que me ha dejado devastada, adolorida”, dice Miriam Kindelán, tras cuarenta y cuatro días de luto demandando justicia por la muerte de su hermano, salvajmente atropellado y abandonado en la escena.
Theodore Rivers, de 37 años de edad, es el hombre que manejaba una camioneta Chevrolet Suburban que el pasado 3 de diciembre atropelló a Leonel Kindelán, de 68 años de edad, cuando circulaba a bordo de su silla de ruedas motorizada, perdiendo la vida de forma instantánea.
“Él debe presentarse, le habla la hermana mayor de él y le pido que se presente”, dijo Miriam Kindelán, hermana de fallecido.
Eran las cuatro y treinta de la tarde del miércoles 15 de enero, cuando Theodore Rivers Ingresó al edificio de la Policía de Miami para entregarse de manera voluntaria, habían pasado 44 días desde que dejó luto y dolor en una familia de origen cubano tras arrollar a Leonel Kindelán en la calle 54 y 13 avenida del noroeste de Miami.
“Él quiso salir solo, él me dijo voy a ir un momentito a Win Dixie a buscar unas galletas”, dijo la hermana.
Leonel fue impactado por dos vehículos, el primero cuyo conductor huyó de la escena lo tiró al otro carril y el segundo que venía en sentido contrario también lo arrolló.
“Esa persona sí se quedó en la escena y cooperó con nosotros”, dijo Michael Vega, portavoz Policía de Miami.
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Según la acusación, Theodore Rivers trató de destruir el vehículo que manejaba el día del accidente de tránsito e intento eliminar el ADN de la víctima.
Durante su comparecencia en corte, se reveló que Theodore Rivers ha sido condenado cuatro veces por conducir con licencia suspendida, nueve meses antes del accidente que lo tiene tras las rejas, recibió un DUI por manejar en estado de ebriedad.
“Yo miro y me parece mentira, yo miro que él va a volver y que él va a venir”, decía la hermana
Theodore Rivers tendrá que pagar una fianza de $26.500 dólares, responder por la muerte de Leonel Kindelán y lo acusan de abandonar la escena de un accidente de tránsito.