Las Bahamas, conocidas por sus aguas cristalinas y playas de ensueño, han sido empañadas recientemente por una sombra de violencia que ha llevado al Departamento de Estado de los Estados Unidos a elevar su nivel de advertencia de viaje. Lo que solía ser un destino paradisíaco, ahora se enfrenta a una creciente ola de crímenes que ha desatado preocupación entre los viajeros y las autoridades por igual.
En una movida inusual, el Departamento de Estado ha elevado el nivel de advertencia de viaje de Uno a Dos, instando a los estadounidenses a tener "Mayor precaución" al visitar las Bahamas. Esta medida se produce como respuesta a un aumento preocupante en crímenes, que incluyen robos y asesinatos, en las últimas semanas.
Los relatos de turistas victimizados subrayan la urgencia de la advertencia. Belén Infante, una turista recién llegada de Bahamas, compartió su experiencia de robo en la playa y la falta de respuesta del hotel. Este incidente, aunque no violento, refleja la creciente inseguridad que los visitantes enfrentan incluso en lugares considerados seguros.
En una declaración pública, el Primer Ministro de las Bahamas, Philip Davis, se comprometió a abordar la creciente ola de crímenes. Afirmó que la policía reforzará su presencia en las comunidades afectadas, enviando un "mensaje claro para cualquier criminal". Sin embargo, las palabras del líder político aún deben traducirse en acciones tangibles para restablecer la confianza de los viajeros.
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Frank Figliuzzi, experto en seguridad de viajes, señala que, si bien siempre ha existido una cultura de pandillas en las Bahamas, ahora esta se ha expandido a las calles y afecta a los turistas. Esta transformación representa un riesgo palpable para quienes buscan disfrutar de las bellezas naturales del archipiélago caribeño.
Edna Gomera, quien ha trabajado durante 14 años en rutas que incluyen Nassau, la capital de las Bahamas, comparte su experiencia sin incidentes hasta el momento. Sin embargo, la reciente alerta ha sembrado la inquietud en esta trabajadora de Royal Caribbean, quien ahora se muestra cautelosa ante la posibilidad de un cambio en la seguridad que ha conocido durante tantos años.
Ante la escalada de la situación, el Departamento de Estado emite recomendaciones clave para los viajeros:
- No abrir la puerta a desconocidos.
- Inscribirse en el Programa de Viajeros Inteligentes para recibir alertas de emergencia.
- No resistirse físicamente a intentos de robo.
La premisa fundamental: incluso en un paraíso aparente, es esencial tener un plan de seguridad. Estas medidas buscan empoderar a los turistas y mitigar los riesgos asociados con la creciente violencia en el destino tropical.
Local
Las autoridades bahameñas se enfrentan a un desafío crítico: equilibrar la protección de sus ciudadanos y turistas con la preservación de la reputación como un destino seguro. Mientras tanto, los viajeros que buscan la belleza de las Bahamas se ven obligados a sopesar el atractivo de sus playas contra la creciente amenaza de la violencia de pandillas.