“La lucha en su piel”: narran su historia con vitíligo

Te presentamos cinco historias de personas que luchan para superar esta enfermedad en su piel.

Sadi, Andy, Keyshla, María Soledad y Sandra… todos tienen algo en común, están unidos por la pelea que enfrentan, cada día de sus vidas, para superar el vitíligo.

“Yo estaba prácticamente blanca. A mí me quedan en las rodillas, en mi codo… En la cara tengo un poquito acá”, expresa Sandra Iracema, quien creó Fundación Vitíligo Sin Fronteras.

Según Sandra, el vitíligo fue la consecuencia de un fuerte cuadro de estrés que le provocó la muerte de su madre cuando tenía 9 años de edad.

“Emocionalmente, mi cuerpo hizo un shock que me fue destruyendo mucho más”, relata.

Para Sadi Iturralde, el vitíligo se le declaró a las 13 años.

“El momento más duro fue el proceso de la pubertad, porque comencé a ver que necesitaba aceptación física por parte de la gente”, dice.

Todos integran la Fundación Vitíligo Sin Fronteras, que Sandra creó para ayudar a otras personas con su misma condición.

“Hay gente que me pregunta con qué se cura, y es muy difícil… porque no tiene cura”, expresa Andy Montaño, paciente de vitíligo.

Keyshla Liz Rosario nos contó que la enfermedad se le declaró a los 12 años, y su avance fue vertiginoso.

“Pasaron 2 años y perdí el 80% de mi pigmentación. Fue algo súper rápido. Estuve tomando fototerapias pero no me funcionaron. El proceso avanzó bastante y empecé a ponerme completamente blanca”, recuerda la puertorriqueña.

“La primera cura comienza acá, no hay otra. En el momento que tú entiendes que tienes lo que tienes y vives con eso, ese día se te quita el vitíligo y comienza una nueva etapa en tu vida”, declara Sadi Iturralde, quien padece esta condición desde los 13 años.

Las manchas aparecen a cualquier edad. Su condición se puede tratar, y en algunos casos, se consigue la repigmentación en parte de las áreas afectadas.

“Hay enfermedades internas, inmunes del organismo que nos puede producir como primera señal un vitíligo”, expresa el dermatólogo Alejandro Pedrozo.

La psicóloga Alina Gastesi De Armas explica que todo lo que es autoinmunológico está muy afectado por el estrés.

“El tratamiento psicológico los ayuda para que no tengan esto agravado”, dice la psicóloga.

La modelo canadiense Winnie Harlow es el mejor ejemplo de quien puede superar sus traumas y aliarse con su peor enemigo para triunfar.

Desde Chile, María Soledad nos contó que negaba su condición.

“Ya después de los 28 que empecé mi vida laboral, yo dije, soy bella… con vitíligo y todo. Aunque tenga estas manchitas que son muy mías”, comparte.

Sandra, por su parte, estuvo a punto de dejarse vencer, pues, las críticas destructivas le provocaron, de niña, una profunda crisis y oscuros pensamientos.

“A los 10 años de edad tuve un intento de suicidio. Se reían de mí, me llamaban Michael Jackson”, relata.

Sin embargo nada iba a detener ese profundo deseo de convertirse en lo que es hoy.

Pocas cosas la emocionan tanto como saber que, gracias a su fundación, Vitíligo Sin Fronteras, ayuda a otras mujeres con su misma condición.

El 2% de la población mundial padece esta enfermedad que no tiene cura definitiva. La genética y los factores emocionales favorecen su aparición.

“Las mismas células que producen todo el sistema nervioso producen la piel. Esa es la relación exacta que hay, estrecha, entre procesos en el sistema nervioso del ser humano y procesos de piel”

Es posible que el vitíligo permanezca por siempre con ellos, y eso es duro.

La ayuda profesional es importante, pero quienes padecen esta enfermedad deben valorarse y aceptarse tal como son. Si es el caso de ustedes, sepan que pueden comenzar una nueva vida.

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