"Tacita de plata llaman a la Villa. Así es de receptiva, brillante y pulcra".
- Jorge Mañach
Con estas palabras el intelectual Jorge Mañach calificó al municipio de Sagua la Grande en el centro de Cuba, territorio con más de 60 mil habitantes, antaño uno de los más industrializados de la isla, hoy agroazucarero por imposición.
Pero de esa belleza y pulcritud solo queda la añoranza de un pasado que durante las últimas cinco décadas se ha desdibujado y es hoy una tierra desbordada de vertederos, aguas estancadas y edificios en derrumbe.
Tal degradación tiene una seria repercusión en sus habitantes, pues en esta ciudad, como en muchas otras del interior de Cuba, existe hoy una emergencia sanitaria sin precedentes, al filo de una epidemia no declarada oficialmente de cólera y dengue, pues los focos de mosquitos aedes aegypti y de otros vectores, en lugar de ser eliminados, crecen por todos los rincones de este territorio, considerado antes de 1959, uno de los más prósperos del interior de la isla.
Cuba
A las condiciones de insalubridad se suma la incapacidad hospitalaria para enfrentar la epidemia, creando salas alternativas en la Universidad de Ciencias médicas local para el ingreso de pacientes.
Ya la población de esta ciudad conoce de una persona fallecida por cólera y decenas de afectados, que superan el centenar, por ambas enfermedades.
Las autoridades cubanas mantienen la ley del silencio en todo el país y no declaran la cantidad de casos reales, aun cuando los ciudadanos necesitan conocer la grave situación y los miles de infectados que han aparecido en el archipiélago caribeño.
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