En una muestra de resistencia y esperanza, 135 presos políticos nicaragüenses han sido liberados y desterrados a Guatemala, como resultado de una gestión humanitaria impulsada por la Casa Blanca y el gobierno guatemalteco. Estas personas, que han sufrido torturas y privaciones en las cárceles del régimen de Daniel Ortega, se encuentran ahora en libertad, aunque aún cargan con el peso de lo vivido en su país natal.
Con semblantes que reflejaban una mezcla de alivio, gratitud y determinación, los ex prisioneros llegaron a suelo guatemalteco con un mensaje claro: la lucha por una Nicaragua libre está lejos de terminar. Entre los liberados hay estudiantes, artistas, periodistas, religiosos y ciudadanos comunes que, a pesar de su sufrimiento, continúan defendiendo los ideales de libertad y democracia.
La llegada de los ex presos fue recibida con cálidas muestras de apoyo por parte de las autoridades y la sociedad guatemalteca. "Nos han recibido calurosamente, con cariño y mucho amor," expresó emocionado Eduhbin Bermúdez, uno de los liberados. Esta bienvenida, aunque reconfortante, no borra el dolor de haber dejado atrás a muchos compañeros que continúan tras las rejas, sufriendo bajo las condiciones inhumanas del régimen de Ortega.
Fanor Ramos, otro de los liberados, compartió la tristeza que sienten por quienes aún siguen encarcelados: "Estamos aquí con sentimientos encontrados, porque dejamos atrás a muchos compañeros que todavía están en las cárceles de Nicaragua, sufriendo torturas." Este recordatorio constante de sus compañeros de lucha es un llamado a la comunidad internacional para no desviar la mirada de la crisis de derechos humanos que vive Nicaragua.
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El régimen de Daniel Ortega ha intensificado su represión contra cualquier forma de disidencia en el país. La encarcelación de estos hombres y mujeres es una prueba más de la naturaleza brutal del gobierno sandinista, que ha utilizado acusaciones infundadas para silenciar a aquellos que se atreven a ejercer sus libertades fundamentales.
"Las autoridades de Nicaragua encarcelaron injustamente a estos hombres y mujeres simplemente por ejercer sus derechos," señaló un representante del gobierno de Estados Unidos en Guatemala, haciendo un llamado a la justicia internacional para continuar presionando por la liberación de aquellos que aún permanecen bajo el yugo del régimen.
Entre las víctimas de este sistema represivo está Francisco Arteaga, quien fue arrestado por difundir en redes sociales información sobre las acciones del gobierno contra la Iglesia católica, una de las instituciones que ha sido blanco de ataques sistemáticos por parte de Ortega.
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Por su parte, Irlanda Jerez, otra de las ex prisioneras políticas, condenó la práctica del destierro que ha adoptado el régimen para deshacerse de sus opositores. "La dictadura sandinista ha hecho del destierro una herramienta para castigar a quienes se oponen," señaló Jerez, subrayando el carácter inhumano de esta política.
Aunque ahora libres, estos ex prisioneros políticos no ven su liberación como el fin de su batalla. Desde el exilio, han dejado claro que su compromiso con la libertad de Nicaragua sigue intacto. "Ánimo, fuerza y fe siempre," expresó Pedro Gutiérrez, con un mensaje de aliento a sus compatriotas que siguen resistiendo dentro del país. "¡Viva Nicaragua Libre!", agregó con convicción.
Sergio Mena, otro de los liberados, hizo un llamado a todos los nicaragüenses y a la comunidad internacional a seguir apoyando a aquellos que continúan en prisión. "Esperamos que el pueblo nicaragüense siga apoyando esta lucha, que sigan apoyando a los hermanos que quedan presos," dijo, insistiendo en que desde el exilio continuarán su labor para mantener viva la llama de la resistencia.