Confesiones de una prostituta cubana

El grupo disidente cubano "La Alianza Democrática Oriental" ha dado a conocer una entrevista realizada con una prostituta cubana, como parte de su proyecto "Campaña 3 N: NO a la apatía. NO a la prostitución. NO al alcoholismo".

La joven comienza la entrevista confesando que su familia no sabe que ella se dedica al conocido como "oficio más antiguo del mundo", al mismo tiempo que dice que ha montado un pequeño negocio de comerciante, con el dinero que ha ganado prostituyéndose.

La joven, que no se identifica, confiesa que tiene 25 años, y que empezó a prostituirse a los 16 años (la mayoría de edad según las leyes cubanas). También asegura que se casó y tiene un hijo de 6 años, que ella se encarga de mantener, porque aunque no lo dice, da a entender que está divorciada y no aclara si siguió ejerciendo la prostitución mientras estuvo casada.

Algunos cubanos que opinan del tema opinan que la prostitución es consecuencia de la escasez de dinero, al mismo tiempo que aseguran que muchas de las que ejercen la prostitución lo hacen porque no quieren trabajar y buscan la vida fácil.

"Las personas que dicen eso es porque no saben lo que es pasar trabajo, ni lo que es tener que darle un plato de comida a tu hijo", le responde la joven prostituta a quienes la juzgan.

Según la entrevistada, las chicas que se prostituyen lo hacen por necesidad, porque sus familias tienen apuros económicos y no cuentan con padres que mantengan a sus hijos.

La joven asegura que ella conoce a más de 20 jóvenes de 15 años que se dedican a la prostitución, al mismo tiempo que toca un tema cardinal: "muchas mujeres han estudiado pero no tienen trabajo, y por eso se dedican a la prostitución".

Lo que desconcierta es el precio por el que estas jóvenes se prostituyen: "un rato son 10 dólares y la noche entera son 20 dólares".

Al parecer, según las confesiones de esta prostituta, la prostitución está en todas las edades, al mismo tiempo que da un consejo: "que no se prostituyan, que esta es la vida más cochina que existe".

La joven también narra los peligros de su profesión, en el que puede perder la vida, al mismo tiempo que revela la corrupción policíaca, pues según ella los policía le piden sexo a cambio de no arrestarlas, cuando las agarran in fraganti.

Para ella, los marineros chinos son buenos clientes, porque pagan entre 70 y 80 dólares por tener sexo. Al mismo tiempo que revela que se puede ganar unos 300 dólares a la semana. Por lo que esa es su vía más fácil para resolver su vida.

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