Abuso policial que derivó en infarto y daño cerebral

Difunden video donde se ve a policía aplicarle varias veces el taser a un joven en su vehículo.

Previamente se anunció que sería una productora ejecutiva de “World of Dance”.

La policía en Missouri difundió el video relacionado con un caso de abuso policial donde un policía aplica varias veces un taser a un adolescente que estaba en el interior de su vehículo.

El hecho ocurrió en 2014 en el marco de una parada de tráfico de rutina en la ciudad de Independence, estado de Missouri. En las imágenes se ve al oficial Timothy Runnels, quien intenta con la fuerza sacar del vehículo al conductor, identificado como Bryce Master, de 17 años.

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'¿Estoy arrestado? ¿Estoy arrestado?', se escucha una y otra vez decir al joven desde el interior del auto. Tras varios forcejeos, el oficial le aplica varias veces un taser tras lo cual el adolescente sale tambaleando del auto.

De acuerdo a los archivos judiciales, Runnels usó el taser durante unos 20 segundos. Por aquel entonces, el Departamento de Policía defendió el accionar de Runnels aunque más tarde el Departamento de Justicia federal lanzó una investigación que derivó en un caso contra el policía ya que, según la acusación, presentó un reporte falso y dio declaraciones falsas a los investigadores.

El joven sufrió daño cerebral tras un infarto.

Con yoga, respiración alterna y su "justa medida de Chardonnay", Hillary Clinton ha sobrevivido a 10 meses de "muy dura transición" tras su inesperada derrota electoral, que relata en su nuevo libro "What Happened" ("Lo que ocurrió").
En casi 500 páginas de dolorosa digestión del fracaso, la excandidata demócrata asume sus errores pero reparte culpas: al exdirector del FBI James Comey, al gobierno ruso, a su rival de primarias Bernie Sanders, a los medios y al sexismo de la sociedad. En la foto, el exdirector del FBI, James Comey.
"No tengo todas las respuestas y esto no es un informe completo de la campaña de 2016. No soy yo quien tiene que escribir eso. (...) Esta es mi historia. Quiero descorrer la cortina de una experiencia que fue estimulante, alegre, aleccionadora, exasperante y sencillamente desconcertante", explica en un pasaje
La candidata que lo había sido casi todo -primera dama, senadora y secretaria de Estado- vio el pasado 8 de noviembre como su máximo sueño, el de ser presidenta, se le escapaba de las manos para ir a parar a un controvertido magnate novato en política: Donald Trump.
"Sentí una enorme decepción, como una pérdida de sensibilidad y dirección, y tristeza", confiesa.
Estaba tan segura de ganar que, reconoce, no había escrito un discurso de admisión de derrota.
No lo pronunció hasta la mañana siguiente y, tras hacerlo, corrió a refugiarse en su apartada mansión de Chappaqua en Nueva York.
Allí, canalizó su frustración con una "frenética limpieza de armario", largos paseos en los bosques, juegos con sus perros, yoga, respiración alterna de las fosas nasales -que recomienda- y, también, su "justa medida de Chardonnay".
"Fue una transición muy dura. Realmente batallé. No podía sentir, no podía pensar. Me quedé patidifusa, agotada", admite.
Menos de tres meses después del batacazo, el 20 de enero, Clinton tuvo que pasar el trago de asistir a una investidura que siempre pensó que sería la suya.
"Ahí estaba, en la plataforma, sintiendo como una experiencia extra corporal. Y su discurso, que fue un grito desde el instinto nacionalista blanco", relató en una entrevista.
A principios de enero, contó, estuvo sopesando no ir, pero asumió que no le quedaba otra que acudir por su condición de ex primera dama.
"Soy una exprimera dama, y los expresidentes y exprimeras damas van", concluyó.
En su libro, que publica Simon & Schuster y salió el martes 12 de septiembre a la venta, Clinton no solo repasa los grandes temas del análisis postelectoral -el enfado de los blancos de clase trabajadora, la supuesta interferencia rusa- sino que abunda en uno que quedó relegado a un segundo plano: la resistencia social a la idea de una mujer presidenta de EEUU. En la foto, el presidente ruso Vladimir Putin.
"Esto tiene que decirse. El sexismo y la misoginia jugaron un papel en las elecciones presidenciales de 2016. Una prueba es que el candidato flagrantemente sexista ganó", escribe.
"Un montón de personas -prosigue- escucharon la grabación de él presumiendo de haber acosado sexualmente a mujeres, no hicieron caso y dijeron 'sigue teniendo mi voto'".
Uno de los momentos en los que experimentó desde muy cerca el "sexismo" de Trump ocurrió en un debate televisivo, poco después de que se publicara esa polémica grabación.
"Estábamos -describe- en un plató pequeño y, no importa adónde fuera, él me seguía de cerca, mirándome fijamente, poniendo caras. Era increíblemente incómodo. Estaba literalmente respirando sobre el cuello. Me dio escalofríos".
"Fue uno de esos momentos donde desearías parar y preguntar a los espectadores. ¿Qué haría usted? ¿Se mantendría calmado, sonriendo y seguiría como si no estuvieran invadiendo su espacio repetidamente? ¿O se daría la vuelta, le miraría a los ojos y le diría alto y claro 'Retrocede, asqueroso, aléjate de mí, sé que te encanta intimidar a las mujeres, pero a mí no puedes, así que retrocede'?", relata.
"Elegí la primera opción -recuerda- . Me mantuve indiferente, ayudada por una vida entera de hombres difíciles intentando descolocarme".
Tras años abriéndose -y abriendo- camino en un mundo de hombres, Clinton hizo historia el 26 de julio de 2016 como primera candidata presidencial de Estados Unidos, pero no logró el gran hito: ser la primera mujer al frente de la Casa Blanca.
A sus 69 años, y tras media vida en primera línea política, Clinton descarta volver a intentarlo, pero no se retira del todo. TE PUEDE INTERESAR: ¿Qué significa el color púrpura de Hillary Clinton tras derrota?
"He terminado con ser candidata. Pero no he terminado con la política, porque literalmente creo que el futuro de nuestro país está en juego", dijo, sin precisar cuál es su siguiente paso. TE PUEDE INTERESAR: Ruinas tenebrosas, el hospital donde nació Hillary Clinton.

En septiembre del año pasado, Runnels se declaró culpable de violar los derechos del adolescente y la semana pasada, un juez federal condenó a Runnels a cuatro años de prisión.

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