Un hombre entró a una gasolinera pidiendo ayuda, pero su caso era increíble.
Además de estar demasiado calmado para semejante herida, daba la impresión de ser una broma.
Pero era muy en serio.
El hombre tenía una barra de hierro incrustada en la cabeza y estaba sangrando.
Así que inmediatamente llamaron a pedir una ambulancia.