Tras visita a Grecia, el Papa se lleva 12 refugiados

El pontífice visitó un centro de detención donde los refugiados se arrodillaron y lloraron a sus pies

Por EFE • •

El papa Francisco dio una nota final de sorpresa a su visita a la isla griega de Lesbos y se llevó en el avión papal a 12 refugiados musulmanes.

El papa sumó un gesto práctico al llamamiento lanzado previamente por él y los líderes de la iglesia ortodoxa, Bartolomé de Constantinopla y Jerónimo II, arzobispo de Atenas, a los líderes internacionales en los que les pidieron mostrar más responsabilidad en esta crisis.

Los rostros de la guerra en Siria.
La guerra en Siria continúa, donde las bombas y la balas resuenan en los barrios de casi todas las ciudades del país. ¿Quiénes pagan el mayor precio por esta sangrienta querra civil? Los niños. Aquí compartimos algunos de sus rostros, que nos recuerdan el costo humano de la guerra.
La guerra civil que azota a Siria comenzó en 2011, en el marco de la revuelta conocida como 'primavera árabe'. Fuerzas rebeldes luchan para derrocar al actual presidente Bashar al-Assad, acusado de imponer su voluntad a fuerza de balas y torturas. A esto se agrega la presencia de ISIS, que controla algunas ciudades. De acuerdo a las Naciones Unidas, se estima que 9 millones de sirios han dejado sus viviendas por la guerra, muchos de ellos, niños.
La guerra siempre trae costos, especialmente entre los más vulnerables, como los niños. La oficina United Nations High Commissioner for Refugees de la ONU calcula que unos 3,000,000 de sirios han abandonado el país en búsqueda de asilo, como la familia de estos niños, que ahora se encuentra en el vecino país, Turquía.
Durante meses, miles y miles de familias abandonaron Siria en búsqueda de paz y seguridad, como esta niña, que aguarda junto a su familia por el papeleo que le permita ingresar a Turquía. Hoy, la guerra civil continúa, y por ende, la crisis.
Familias sirias han buscado asilo en países europeos, como Alemania. Algunas de ellas hasta han llegado a Estados Unidos.
Se estima que hasta el momento, la guerra civil en Siria ha causado la muerte de entre 150,000 y 350,000 personas, muchos de ellos niños, de acuerdo a las Naciones Unidas.
Estos niños continúan en Siria pese a la guerra. Y siguen asistiendo a la escuela, en la ciudad de Qamishli.
Esta imagen habla por sí sola.
Naciones Unidas estima que hasta abril de 2014, dos años y medio después del inicio de la guerra civil, murieron unos 8,800 niños en Siria, aunque ese número es más grande según otras organizaciones.
Miles de familias dejaron Siria y se aventuraron al mar en precarias embarcaciones, como esta madre y su retoño. Muchas continúan huyendo hoy.
El costo humano de la guerra, como el conflicto en Siria, es inimaginable. Familias enteras ven sus sueños truncados por las bombas y las balas. Y deben abandonar su tierra.
Cuesta imaginarse lo que se siente al perder todo, como esta familia que huyó de Siria hace un par de meses, rumbo a una isla griega.
Omar Hawt, el muchacho de la foto, perdió su pierna izquierda a raíz de una bomba en la ciudad de Aleppo, una de las más afectadas por la guerra civil. Hoy se recupera en Turquía.
La guerra parece no tener fin. Y los más pequeños la sufren más, junto a sus familias.
Jene tiene cinco años y huyó con su familia de Aleppo, en medio de las bombas. Hoy, vive en una vivienda para refugiados en la ciudad de Beirut, Líbano. La ONU estima que allí residen unos 812,000 sirios, desplazados por la guerra. Aquí te explicamos la crisis de los refugiados

Según informan los medios griegos, se trata de familias sirias y dos afganas. Todos provienen del centro de acogida de Kara Tepé, un campamento abierto, situado en las cercanías del centro de Moria, el que visitó hoy el papa y que alberga a los grupos más vulnerables.

Los medios italianos hablan de doce personas y señalan que serán acogidas por la comunidad Sant'Egidio.

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El papa pidió el sábado a Europa a respetar y defender los derechos humanos y entender que los refugiados son, ante todo, seres humanos, y no números.

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Muchos refugiados se arrodillaron y lloraron en su encuentro con el papa en el centro de detención de Moria, en la isla griega de Lesbos. Otros corearon "¡Libertad! ¡Libertad!" a su paso. Francisco se inclinó ante una niña arrodillada que lloraba desconsoladamente. Una mujer le dijo que su marido estaba en Alemania y que ella está varada en Lesbos con sus dos hijos.

"La preocupación de las instituciones y de la gente, tanto aquí en Grecia como en otros países de Europa, es comprensible y legítima. Sin embargo, no debemos olvidar que los emigrantes, antes que números son personas, son rostros, nombres, historias", había dicho Francisco en el puerto de la Mitilene, la capital de la isla griega de Lesbos.

El papa hizo estas declaraciones al reunirse en el puerto con ciudadanos y miembros de la comunidad católica de la isla.

"Europa es la patria de los derechos humanos y cualquiera que ponga pie en suelo europeo debería poder experimentarlo. Así será más consciente de deberlos a su vez respetar y defender. Por desgracia, algunos, entre ellos muchos niños, no han conseguido ni siquiera llegar: han perdido la vida en el mar, víctimas de un viaje inhumano y sometidos a las vejaciones de verdugos infames", añadió.

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El sumo pontífice se reafirmó en su "vehemente llamamiento" a la solidaridad y la humanidad frente al drama de los refugiados que, dijo, están viviendo "en unas condiciones críticas, en un clima de ansiedad y de miedo, a veces de desesperación, por las dificultades materiales y la incertidumbre del futuro".

Francisco mostró su "admiración" por el pueblo griego que, a pesar de las graves dificultades que tiene que afrontar, "ha sabido mantener abierto su corazón y sus puertas".

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"Muchas personas sencillas han ofrecido lo poco que tenían para compartirlo con los que carecían de todo. Dios recompensará esta generosidad, así como la de otras naciones vecinas, que desde el primer momento han acogido con gran disponibilidad a muchos emigrantes forzados", declaró el papa, quien eligió también la labor de todos los voluntarios y asociaciones que ayudan a los refugiados.

Los habitantes de Lesbos, "demuestran que en estas tierras, cuna de la civilización, sigue latiendo el corazón de una humanidad que sabe reconocer por encima de todo al hermano y a la hermana, una humanidad que quiere construir puentes y rechaza la ilusión de levantar muros con el fin de sentirse más seguros", manifestó Jorge Bergoglio.

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El papa volvió a pedir que se luche contra las causas de la emigración y a "oponerse firmemente a la proliferación y al tráfico de armas, y sus tramas a menudo ocultas; hay que dejar sin apoyos a todos los que conciben proyectos de odio y de violencia".

"Por el contrario, se debe promover sin descanso la colaboración entre los países, las organizaciones internacionales y las instituciones humanitarias", añadió. Francisco expresó su esperanza en que la primera Cumbre Humanitaria Mundial, el próximo mes en Estambul, tenga éxito, convencido de que "juntos se pueden y se deben buscar soluciones dignas del hombre a la compleja cuestión de los refugiados".

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