Las muertes en consultorios dentales son más comunes de lo que se cree, según una investigación periodística reciente.
Una madre acudió al dentista con su hijo para que le curara unas caries. Pero el niño terminó muerto en el hospital... y lo peor del caso es que no es el único.
Salomón Barahona, llamado "Junior" de cariño, tenía apenas 4 años de edad cuando fue a su primera cita con el dentista.
Según su padre, llamado también Salomón, el dentista lo refirió a un especialista, debido a que Junior tenía muchas caries.
Su madre, Daniela Barahona, asegura que el dentista le dijo que hacía falta sedar al niño para hacerle el tratamiento.
El problema es que el pequeño quedó inconsciente durante el procedimiento.
Junior, hijo único de los Barahona, falleció en enero de 2014, tras cuatro días de hospitalización.
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El médico forense del condado Dallas indicó que la causa de su muerte fue una sobredosis accidental de anestesia.
Poco se supo del fallecimiento de Junior, hasta que Brooks Egerton, periodista del Dallas Morning News, comenzó a reportar sobre el caso.
"Trato de imaginar cómo sobrevivir a la muerte de mi único hijo y no puedo", declaró en referencia a los padres de Junior.
Una extensa investigación del periódico reveló que las muertes de pacientes dentales como Junior son más comunes de lo que el público imagina.
Según Egerton, por lo menos 85 pacientes dentales han muerto desde 2010 en Texas y él calcula que en todo el país deben ser 1,000 los fallecidos desde entonces, a un promedio de una muerte cada dos días.
El dentista que le administró los sedantes a Junior fue condenado a cinco años de libertad condicional sin supervisión, una multa de $3,000 y cursos para corregir su práctica profesional.
La investigación del Dallas Morning News reveló que agencias a nivel estatal y nacional hacen poco esfuerzo por prevenir estas muertes.
Según Egerton, el dentista cerró la clínica donde ocurrió la sobredosis de Junior y ahora tiene un consultorio dental nuevo.
