Policía: kamikaze de Bruselas fabricó bombas de París

El presunto fabricante de las bombas usadas en los ataques de París en noviembre fue uno de los dos terroristas suicidas que atacaron el aeropuerto de Bruselas, según dijeron las autoridades el miércoles en una nueva señal de que ambos ataques están vinculados a la misma célula del grupo Estado Islámico (EI).

Las autoridades belgas habían estado buscando a Najim Laachraoui desde la semana pasada, sospechando que era cómplice del presunto autor de los ataques de París, Salah Abdeslam, que fue detenido el viernes.

Dos funcionarios dijeron a The Associated Press que el ADN de Laachraoui fue hallado en uno de los suicidas del martes, después que se tomaron muestras de los restos encontrados en el lugar de la explosión en el aeropuerto de Bruselas.

La información fue dada por un funcionario europeo y un funcionario de la policía francesa que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a divulgar detalles de la investigación belga. Ambos funcionarios fueron informados sobre la investigación.

Se cree que Laachraoui hizo los chalecos explosivos utilizados en los atentados de París, según le dijo a AP un funcionario de la policía francesa y agregó que el ADN de Laachraoui se encontró en todos los chalecos, así como en un apartamento de Bruselas, donde se hicieron. 

Los belgas iniciaron este miércoles tres días de luto por las víctimas del aeropuerto y el metro de Bruselas, y el país continuaba en alerta mientras las autoridades buscaban a un sospechoso visto en un video de vigilancia con otros dos que se inmolaron.

Varias personas al parecer vinculadas con los ataques estaban prófugas y el nivel de alerta en el país permanecía al máximo, lo cual significa que existe la amenaza inminente de otro ataque inminente, dijo Paul Van Tigchelt, director de la comisión antiterrorismo de Bélgica.

El grupo Estado Islámico ha entrenado a cuando menos 400 combatientes para que ataquen a Europa en oleadas de atentados letales, emplazando células terroristas entrelazadas como las que atacaron Bruselas y París con órdenes de elegir el momento, el lugar y el método para generar el mayor daño posible, dijeron funcionarios a The Associated Press.

Los cálculos oscilan entre 400 a 600 combatientes del Estado Islámico entrenados específicamente para ataques externos, de acuerdo con los funcionarios, incluida Goulet. Unos 5.000 europeos se han ido a Siria.

Este miércoles reinaba en Bruselas un ambiente de perseverancia mezclada con la ansiedad porque hay todavía terroristas sueltos. El fiscal federal belga Frederic Van Leeuw identificó a dos de los atacantes como hermanos: Ibrahim El Bakraoui, uno de los que se inmoló en el aeropuerto, y Khalid El Bakraoui, que atacó el tren subterráneo.

Ibrahim El Bakraoui había sido capturado en junio en la frontera sirio-turca y deportado al mes siguiente a Holanda, dijo un funcionario de la oficina presidencial turca. Turquía dijo que advirtió a Bélgica y Holanda que era un "combatiente terrorista extranjero".

El funcionario, que habló bajo la condición de no ser identificado por no estar autorizado a informar a la prensa, dijo que las autoridades holandesas lo dejaron en libertad porque los belgas no pudieron demostrar que tenía lazos con el terrorismo.

A su vez, el coordinador de la lucha antiterrorista de la Unión Europea, Gilles de Kerchove, consideró que los autores de los ataques de ayer en Bruselas son miembros de la misma célula yihadista que organizó los atentados de noviembre en París.

Paralelamente los detectives allanaron el vecindario de Schaerbeek, en Bruselas, y hallaron una computadora en un recipiente de basura callejero, con una carta escrita por Ibrahim El Bakraoui diciendo que se sentía inseguro y que temía ser encarcelado.

En un allanamiento de un apartamento donde los hermanos se habían quedado, la policía halló también 15 kilos de explosivos TATP, clavos y materiales para la fabricación de bombas, dijo el fiscal. Van Leeuw dijo que las autoridades desconocen aún las identidades de dos hombres fotografiados junto con Ibrahim El Bakraoui en el aeropuerto.

Dos de los hombres eran atacantes suicidas; el otro es un hombre en un abrigo color claro y sombrero negro que huyó antes del estallido de los artefactos, dejando atrás un bolso lleno de explosivos. Ese bolso luego estalló, sin lastimar a nadie.

La capital de la Unión Europea se despertó blindada después de que 34 personas murieran y otras 200 resultaran heridas en los ataques del sábado. El grupo Estado Islámico, que estuvo detrás de los atentados que dejaron 130 muertos en la capital francesa hace cuatro meses, reivindicó la responsabilidad por las bombas de Bruselas, que dejaron al descubierto la vulnerabilidad de Europa ante una milicia que intenta propagar la violencia más allá de sus bases en Oriente Medio.

La policía realizó registros durante la noche y publicó una imagen de tres hombres caminando por el aeropuerto con carros portaequipajes en los que podrían llevar las maletas cargadas de explosivos.

La televisora estatal belga RTBF dijo que Khalid El Bakraoui alquiló un departamento registrado por la policía la semana pasada en una operación que llevó a la detención de Salah Abdeslam, uno de los principales sospechosos de los ataques de París.

En los últimos días, autoridades belgas y francesas han reconocido que la célula que estuvo detrás de los ataques de París era mucho más grande de lo que se creyó en un primer momento, y los acontecimientos de esta semana sugieren que el mismo grupo podría haber llevado a cabo los atentados de Bruselas.

El aeropuerto y varias estaciones del metro de Bruselas permanecían cerradas el miércoles. Las fuerzas de seguridad hacían guardia en el vecindario que acoge las sedes de instituciones comunitarias, mientras los nerviosos resientes de Bruselas regresaban a la escuela y al trabajo bajo una fina lluvia.

Como corresponde a una ciudad cosmopolita como Bruselas, el ministro de Exteriores dijo que entre los muertos sumaban 40 nacionalidades distintas.

"Es una guerra que el terrorismo ha declarado no solo en Francia y en Europa, sino en el mundo", dijo el primer ministro de Francia, Manuel Valls, el miércoles en la radio Europe-1. Valls, que tiene previsto visitar la capital belga más tarde en el día, pidió la imposición de controles más estrictos en las fronteras externas de la Unión Europea.

"Debemos ser capaces de enfrentar la extensión del islamismo radical (...) que se extiende en algunos de nuestros vecindarios y pervierte a nuestros jóvenes", apuntó. Los atacantes de París eran en su mayoría ciudadanos franceses y belgas, con raíces en el norte de África, y algunos procedían de barrios marcados por la discriminación, el paro y el aislamiento.

En su reivindicación de la responsabilidad por el ataque, el grupo Estado Islámico dijo que sus miembros hicieron estallar chalecos suicidas tanto en el aeropuerto como en el metro, donde mucho pasajeros lograron ponerse a salvo por los oscuros túneles llenos del humo resultante de la explosión.

La milicia radical advirtió de más ataques, prometiendo "días negros" para los países que forman parte de la coalición para derrotarla, apuntó en un comunicado. Responsables europeos de seguridad llevaban semanas preparados para un ataque importante y habían advertido que EI estaba preparándose para atacar.

Al adjudicarse la responsabilidad, el grupo Estado Islámico describió una "célula secreta de soldados" enviada a Bruselas para ese propósito. La existencia de esas células sombrías fue confirmada por Europol, la agencia policial europea que dijo en un informe a finales de enero que las autoridades de inteligencia creían que el grupo había "desarrollado un mando de acción externa entrenado para efectuar ataques al estilo de fuerzas especiales".

Francófonos con vínculos al norte de África, Francia y Bélgica parecen estar encabezando las unidades y son responsables de desarrollar estrategias de ataque en Europa, dijo un funcionario europeo de seguridad que habló a condición de guardar el anonimato porque carece de autorización para declarar sobre material restringido.

También está al tanto de los interrogatorios de excombatientes que han regresado a Europa. Algunos fueron encarcelados luego de que dejaron el EI, mientras que otros fueron expulsados del grupo terrorista. Entre los milicianos hay musulmanes y conversos al islam de toda Europa.

Los combatientes en las unidades reciben entrenamiento en estrategias de batalla, explosivos, técnicas de vigilancia y de contravigilancia, señaló el funcionario de seguridad.

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