Florida

El tradicional menú de Acción de Gracias tiene origen latino

Si hay una celebración típica y únicamente estadounidense es la del día de Acción de Gracias, aunque la mayoría de los alimentos que se consumen en esta fecha son producto de la geografía y el ingenio de las culturas prehispánicas de lo que hoy es América Latina.

Según la Federación Nacional del Pavo, "más del 85 % de los estadounidenses comerá en total 45 millones de pavos en el festín de Acción de Gracias", pero pocos saben que esta ave fue domesticada en lo que hoy conocemos como territorio mexicano.

También el maíz y la calabaza, ambos parte esencial del menú tradicional de esta fiesta que conmemora el momento en el que indígenas y colonos europeos saldaron sus diferencias y compartieron un banquete, le deben su presencia en la mesa a los conocimientos de botánica de los habitantes de norteamérica y mesoamérica.

Y no es menos, pues la papa (patata), otro de los acompañantes indispensables del pavo, tiene su origen en Suramérica.

Los hallazgos arqueológicos más antiguos de huesos de pavo fueron descubiertos en 2012 por expertos de las universidades de Florida y Trent.

Según el líder de la investigación, Eric Thornton, los huesos datan del período preclásico, es decir de unos 300 años a.C al año 100 de la era actual.

"El pavo mexicano es el ancestro de todos los pavos que se consumen en el mundo", afirmó la investigación publicada en la revista digital científica PLoS ONE.

Los especialistas consideran que le debemos agradecer su domesticación a los aztecas, y de hecho en México, Honduras y El Salvador al pavo se le llama guajolote, derivado de la palabra en náhuatl "huexolotl".

Aunque no hay indicios confirmados de la presencia del pavo en la primera comida de Acción de Gracias entre los colonos europeos y los indígenas de la etnia Wampanoag, se considera que sí estuvo en el menú, gracias al comercio azteca con sus vecinos del norte.

Los aztecas también son considerados los padres de la calabaza y del maíz, dos ingredientes esenciales para los tradicionales pan de maíz y pan de calabaza.

El antropólogo estadounidense Richard Stockton MacNeish, quien revolucionó los conocimientos de la agricultura indígena de las Américas durante la segunda mitad del siglo XX, descubrió restos arqueológicos de plantas de maíz en la cueva de Coaxcatlan, en México que datan de 5.000 a.C.

En la misma época, los aztecas habrían domesticado el tipo de calabaza más popular para las celebraciones de los días de la Noche de Brujas (Halloween) y Acción de Gracias.

El puré de papas o patatas, otro acompañante de rigor, también es oriundo de la América prehispánica, esta vez cortesía de los Incas, quienes domesticaron el originalmente tubérculo venenoso.

Se ha registrado su presencia en su zona de influencia en América del Sur desde 8000 y 5000 a.C.

Irónicamente, la mayoría de los hispanos que vive en Estados Unidos agrega otras carnes y acompañantes a sus mesas de Acción de Gracias.

Un estudio de la Asociación Nacional del Cerdo descubrió que para el 52 % de los latinos, que más disfrutan de la celebración de Acción de Gracias (Thanksgiving) lo hacen creando platos mediante la combinación de recetas y platillos estadounidenses y de sus países.

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