Venezuela en crisis: jornada violenta tras intento de ingresar ayuda humanitaria

"Se utilizaron como medios opresivos paramilitares, se disparó a personas desarmadas", afirmó el secretario general de la OEA.

La localidad venezolana de Ureña, fronteriza con Colombia, amaneció este domingo llena de escombros tras los disturbios que se extendieron por 12 horas y que dejaron más de un centenar de heridos y dos muertos en medio de la exigencia de manifestantes para que ingresara al país la ayuda humanitaria.

La vía que conduce directamente al puente internacional Francisco de Paula Santander, uno de los cuatro que conecta Colombia y Venezuela, tiene este domingo vidrios y palos a lo largo de varios metros en los que se enfrentaron ayer las fuerzas del orden y cientos de ciudadanos que exigían que se permitiera el ingreso de las donaciones almacenadas en la ciudad colombiana de Cúcuta.

El paso binacional sigue cerrado en acatamiento de la instrucción dada esta semana por el gobernante Nicolás Maduro, que ordenó el cierre de las fronteras en medio de su negativa a dejar pasar las ayudas por creer que se trata de un show político y que puede dar paso a una invasión extranjera.

Agentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) protegen con un piquete, armados con equipo antimotín, la entrada al puente Francisco de Paula Santander, aunque el domingo se notaba menos presencia militar.

El primer intento de la comunidad internacional de llevar ayuda humanitaria de Colombia a Venezuela terminó el sábado en violentos enfrentamientos con la fuerza pública venezolana.

Las personas que fallecieron se encontraban en la ciudad de Santa Elena de Uarién. Pese a que fuentes dijeron a The Associated Press que se trataba de dos muertos, el diputado opositor Américo De Grazia aseguró en la tarde del sábado que fueron 14 muertos y "todos por armas de fuego".

Al final de la jornada violenta, el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, anunció que participará el próximo lunes en la reunión del Grupo de Lima, en Bogotá, "para discutir posibles acciones diplomáticas" contra el régimen de Nicolás Maduro.

"Anuncio que el día lunes participaré en esa cumbre, en ese grupo, en esa reunión del Grupo de Lima, para reunirnos con todos los cancilleres de la región y también con el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, para discutir posibles acciones diplomáticas", manifestó Guaidó.

Minutos antes, el presidente de Colombia, Iván Duque, afirmó que el régimen de Nicolás Maduro selló este sábado "su derrota moral" y "diplomática" al impedir la entrada de ayuda humanitaria a territorio de Venezuela incluso mediante la quema de algunos camiones que la transportaban desde territorio colombiano.

"Podrán apelar a la violencia para evitar que llegue la ayuda humanitaria, pero hoy han sellado su derrota moral, diplomática", manifestó Duque en una declaración en la ciudad fronteriza de Cúcuta.

Según manifestó Duque, "el mundo pudo ver hoy (sábado) la barbarie de la dictadura que oprime a Venezuela", que respondió con violencia a los intentos de ingresar en ese país ayuda procedente de Colombia y de Brasil, así como de frenar a un barco que había zarpado de Puerto Rico.

Los choques comenzaron temprano en el puente internacional Simón Bolívar, que comunica la ciudad colombiana de Cúcuta con la venezolana de San Antonio del Táchira, y se propagaron por el Francisco de Paula Santander, que conecta con Ureña, también convertido en campo de batalla.

En el puente de Tienditas, donde se almacenan toneladas de ayuda enviada por Estados Unidos, Chile y otros países, la gente se aglomeró desde horas tempranas pero el bloqueo por parte del Gobierno de Nicolás Maduro continuó y los camiones que transportaban los alimentos y medicinas no intentaron atravesarlo.

La multitud que trató de abrir paso a la ayuda humanitaria se encontró con la oposición de la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía venezolana, lo que degeneró en enfrentamientos en los que las fuerzas del régimen de Maduro dispararon gases lacrimógenos, y la gente apostada en el Simón Bolívar respondió con piedras.

En el puente Francisco de Paula Santander fueron quemados dos camiones en el lado venezolano de la frontera, lo que obligó al Gobierno colombiano a ordenar el regreso de los vehículos a la bodega situada en el lado colombiano de Tienditas.

Juan Guaidó rechazó estas acciones y recordó que es un "crimen de lesa humanidad". "Seguimos recibiendo el respaldo de la comunidad internacional, que ha podido ver, con sus propios ojos, cómo el régimen usurpador viola el protocolo de Ginebra, donde se dice claramente que destruir la ayuda humanitaria es un crimen de lesa humanidad", dijo Guaidó en su cuenta de Twitter.

A lo largo del día, y mientras se intensificaban los brotes de violencia, más de 60 militares, policías y guardias venezolanos desertaron en distintos puntos de la porosa frontera de 1,378 millas de Colombia con Venezuela.

"En el día de hoy(sábado) han llegado desarmados a territorio colombiano más de 60 militares, varios de ellos oficiales, quienes han solicitado refugio en Colombia, demostrando la pérdida de confianza con el usurpador régimen de Maduro", dijo el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, en una rueda de prensa en Cúcuta.

De igual forma, el canciller colombiano detalló que de los 285 heridos, 255 son ciudadanos venezolanos y los 30 restantes son colombianos, a la vez que agregó que la mayoría de ellos resultaron afectados por gases lacrimógenos y por el "uso de armas no convencionales".

Ante esos hechos de violencia, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, afirmó en Cúcuta que el régimen de Maduro "hizo lo cobarde, lo indecente" al atacar a quienes acompañaban la ayuda compuesta por alimentos, medicinas, suplementos nutricionales y kits de higiene personal.

Almagro agregó: "se utilizaron como medios opresivos paramilitares, se disparó a personas desarmadas, se usó violencia para detener medicamentos y comida, eso es el régimen del usurpador, la solución violenta, la solución de las armas".

Igualmente se registraron otros enfrentamientos en la localidad suroriental de Santa Elena de Uarién, cercana a la frontera con Brasil, donde una médico dijo a The Associated Press que dos manifestantes fallecieron y otros 21 resultaron heridos.

Los altercados se extendieron hasta el final de la tarde cuando militares, montados en una tanqueta, disparaban gases lacrimógenos hacia decenas de manifestantes, algunos con los rostros cubiertos, que protegidos por barricadas de basura, se enfrentaban a guardias nacionales.

En Caracas, tras una marcha de sus seguidores, el presidente Maduro dijo que se le agotó la paciencia y decidió romper relaciones con Colombia ante lo que consideró continuas agresiones del gobierno del presidente Iván Duque y su intromisión en asuntos internos.

“No puedo seguir soportando, no podemos seguir soportando que se preste el territorio de Colombia para una agresión contra Venezuela, por eso he decidido romper todas las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno fascista de Colombia”, dijo.

Maduro dio un plazo de 24 horas para que los diplomáticos colombianos abandonen Venezuela.

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