Nunca visto: la “nevada del siglo” sepulta a Moscú

Miles de árboles caídos, un muerto y caos en el centro es el saldo del temporal.

La ya conocida como "nevada del siglo" sepultó el domingo la capital rusa bajo un manto de medio metro de nieve, provocó la caída de dos mil árboles, uno de los cuales mató a una persona, paralizó el tráfico y obligó a cancelar decenas de vuelos.

Una ventisca que castigó a Moscú durante el fin de semana demoró vuelos, cortó el suministro eléctrico a pueblos cercanos e incluso llevó a las autoridades a declarar un día no lectivo, algo poco habitual en la capital rusa, acostumbrada a la nieve.

Durante el fin de semana se registró sobre la ciudad más nieve que en un mes medio, según dijo el lunes la Oficina de Meteorología. En algunas zonas, hubo hasta 22 pulgadas de nieve.

En una ciudad donde rara vez se cancelan las clases, el alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, dijo que no esperaba que los padres llevaran a sus hijos a la escuela el lunes.

Más de 60,000 hogares en los alrededores de Moscú se quedaron sin electricidad durante el fin de semana, aunque el servicio se restableció el lunes.

"Esta nevada ha traído el mayor número de precipitaciones de toda la historia. El máximo anterior se registró en 1957", informaron los servicios meteorológicos de Moscú.

"Lamentablemente, las inclemencias no han pasado sin víctimas. Una persona murió el sábado debido a la caída de un árbol. Según los últimos datos, ya hay un muerto y cinco heridos", dijo Serguéi Sobianin, alcalde de Moscú.

El alcalde advirtió que el tiempo empeorará en las próximas horas, por lo que recomendó a los moscovitas, especialmente a los conductores, que tengan sumo cuidado.

"Según los pronósticos, el tiempo no hará sino empeorar. Se espera una gran nevada y viento huracanado de unos 20 metros por segundo. Aconsejo mantenerse alejados de árboles y postes de electricidad", añadió.

Sobianin estimó en más de 2,000 los árboles caídos en las últimas 48 horas debido a la nieve y el hielo, lo que ha provocado destrozos en viviendas, coches y mobiliario público, y cortes en el transporte público.

Los transeúntes tienen muchas dificultades para caminar por las aceras, que están flanqueadas por montículos de nieve de más de un metro de altura, tanto en las afueras como en el mismo corazón de la urbe de doce millones de habitantes.

"No recuerdo nada igual, si acaso cuando era pequeño. En dos días ha caído más nieve que en todo el invierno", comentó a Efe Vitali, un moscovita de 68 años.

Llama especialmente la atención la situación en la Plaza Roja, donde las excavadoras, camiones y máquinas quitanieve trabajan a destajo para limpiar su adoquinado.

Ante la mirada curiosa de los osados turistas, que viven una auténtica odisea para llevarse una foto de recuerdo, un tractor retiraba la nieve de las inmediaciones del mausoleo de Lenin, cuyas puertas estaban cerradas el domingo.

Desde un extremo de la plaza apenas se divisaban las nevadas cúpulas de la catedral de San Basilio y lo mismo ocurre con el reloj de la torre Spásskaya del Kremlin, cuyas almenas no eran hoy rojas sino blancas.

Gorros y bufandas ya no son suficientes para protegerse de los copos de nieve, por lo que algunas mujeres han rescatado el paraguas del armario.

Svetalana, de 59 años, admite que no había visto nada igual desde que trabaja de barrendera, aunque ésta vez esté equipada no con una escoba, sino con una pesada pala.

Según el Ayuntamiento, más de 14,000 máquinas trabajan para minimizar las consecuencias de la nevada, a lo que se suman casi 60,000 barrenderos, que han retirado ya cerca de un millón de metros cúbicos de nieve.

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