Polémico exhotel de Trump tiene nuevo nombre

Con 70 pisos y en Panamá, fue la apuesta más ambiciosa de la marca en América Latina.

El antiguo hotel Trump en la capital panameña fue rebautizado y pasó a una nueva administración el martes, meses después de una agria disputa que despojó a la empresa familiar del presidente estadounidense el control del lujoso rascacielos a orillas del mar.

De forma de vela y situado sobre el Pacífico, el edificio de 70 pisos que representó la apuesta más ambiciosa de la marca Trump en América Latina hace siete años, tomó el nombre de JW Marriott, la marca de lujo del operador de hoteles estadounidense Marriott International, que asumió la gerencia.

Los propietarios y administradores develaron el nuevo nombre en una pared de granito a la entrada del edificio de la que fue retirada la marca Trump a inicios de marzo cuando el inversionista mayoritario Orestes Fintiklis logró sacar con ayuda judicial y de la policía panameña a los gerentes de la empresa familiar del mandatario norteamericano.

“Hoy es un día realmente emocionante”, dijo en español durante un acto Fintiklis, el inversionista chipriota basado en Miami que se enfrascó en la disputa a inicios de año después de adquirir la mayoría de los condominios y acusar a la Organización Trump de mala gerencia.

“Estamos encantados que la administración de este icónico hotel será asumida por JW Marriott. Confiamos en que la cadena Marriott International cuenta con los recursos, la fuerza de ventas, el alcance y la experiencia para mejorar el rendimiento”.

El complejo de 369 habitaciones, con restaurantes y casinos, había sido inaugurado en julio de 2011 en una ceremonia en la que participó el magnate inmobiliario antes de lanzarse al ruedo electoral por la presidencia de Estados Unidos.

Pero a fines del año pasado, cuando Fintiklis se convirtió en el nuevo propietario, no demoraron en aflorar las diferencias y el inversor chipriota, con el apoyo de los propietarios de los condominios residenciales del edificio, comenzó gestiones para remover a la administración con el argumento de que la marca sufría un deterioro, había una mala administración y escaseaban los huéspedes.

La Organización Trump negó esos señalamientos y se resistió a salir de la administración, lo que obligó a la intervención de autoridades judiciales, laborales y de la policía. Fintiklis logró su cometido luego de que un juzgado de la capital decretó un secuestro y designó a una nueva administración, lo que festejó el inversionista tocando al piano.

Al hotel se lo renombró The Bahia Grand Panama para posteriormente pasar a JW Marriot después de que el operador de hoteles del mismo nombre llegó a un acuerdo en junio para asumir la gerencia.

Los abogados en Panamá de la Organización Trump habían solicitado infructuosamente la intervención del gobernante del país centroamericano en el conflicto, en lo que expertos dicen mezcló los intereses políticos y de negocios en el extranjero.

Semanas después de la expulsión del equipo administrativo de la Organización Trump, un juez federal en Nueva York dio un duro revés a la empresa familiar del presidente de Estados Unidos al frenar un intento de arbitraje con el que buscaba recobrar el control del hotel en Panamá.

Fintiklis evitó hacer referencia a ese conflicto durante el acto del martes, aunque algunos de sus más cercanos colaboradores, que hablaron a condición de que no se los mencionara por su nombre porque no estaban autorizados, aseguraron que ya no había litigios en Panamá ni en Estados Unidos respecto del control del hotel. Esa situación, agregaron, permitió el ingreso de Marriott al negocio.

No fue posible, al menos en Panamá, conseguir una reacción de parte de algún representante de la Organización Trump.

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