Violencia deja en desamparo a mujeres y niños

Cada año al menos 300 víctimas de violencia requieren atención inmediata.

A su corta edad no comprenden por qué el destino los separó de sus padres; solo saben que fue la violencia y que los delincuentes mataron a quienes más los querían.

Marbelis Ruiz enviudó hace un mes; su marido fue asesinado como muchos otros hombres y mujeres de su comunidad, lo que la dejó a la deriva, con tres hijos y uno más en camino.

"Delante de ellos trato de disimularlo, pero la verdad sí es doloroso, nada más verlos y a cada momento me preguntan y ¿mi papá?", comparte Ruiz.

Los pequeños ahora forman parte de la larga lista de huérfanos que ahí cada dia crece, y es que primero los grupos de la delincuencia empezaron arrebatándoles a sus progenitores, pero no fue suficiente y ahora las mujeres son ejecutadas de la misma manera sin importar que sean madres.

Juchitán es uno de los municipios más grandes de Oaxaca, tiene poco más de 90,000 habitantes y es considerada por la Fiscalía general como una de las comunidades más violentas del estado por el número de homicidios que se cometen.

Según cifras de la policia local, por lo menos cada tercer día una persona es asesinada en estas poblaciones oaxaqueñas, padres y madres por igual y cada una de ellas deja por lo menos en orfandad a tres o cinco hijos.

Zoila Gómez labora en una organizacion formada por decenas de viudas que han padecido la misma historia y recorren las calles del lugar en donde viven en busca de niños y niñas que han quedado solos.

"En cuanto a huérfanos tenemos entre 500 y 700", dice la activista Gómez.

Muchos de ellos, asegura, son reclamados por sus familiares cercanos, pero solo para vivir una y otra vez la misma historia y perder a uno o a ambos protectores.

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