Los distintos tonos de claxons son la sinfonía que marca el nivel de desesperación de todos los que llevan prisa y no pueden avanzar.
"En dos cuadras me he echado hasta 20 o 25 minutos", asegura Omar Sandoval, uno de los habitantes de la Ciudad de México.
Así es un dia normal en la Ciudad de México, por eso Leticia se tiene que levantar casi de madrugada y salir corriendo tratando de evitar el tráfico, pero siempre termina topándose con él.
"Estás parado; es un estacionamiento público toda la ciudad", dice Leticia Rodríguez, quien sufre el tráfico de la ciudad.
El recorrido que en un domingo hace en 30 minutos esta conductora, entre semana -como lo ha comprobado una y otra vez- le lleva casi dos horas de ida y dos más de vuelta.
"Después en la noche llegas como pescado zarandeado, muerta porque estás agotadísima e hiciste dos cosas en el día, que es lo peor", dice Rodríguez.
Y la pesadilla es compartida con millones de capitalinos que circulan en esta ciudad catalogada por diversas organizaciones internacionales como el primer lugar en problemas de congestionamiento vial.
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La lentitud con la que se avanza en las avenidas principales es tal que el auto se convierte en un lugar multiusos en el cual se puede desayunar, leer, maquillarse y, con un poco de suerte, si es el copiloto, recuperar unas buenas horas de sueño.
Según estudios sobre el tema, un ciudadano común pierde 25 días al año desplazándose de su casa al trabajo, ya que en las supuestas vías rápidas se puede circular a no más de 15 millas por hor; incluso los vendedores amblantes caminan tranquilamente entre las filas.
"Es la quinta ciudad más grande del mundo y somos de las zonas metropolitanas más nutridas", asegura Laura Ballesteros, secretaria de Movilidad.
Esta funcionara de la Secretaría de Movilidad reveló que aquí por lo menos circulan 5 millones y medio de vehículos particulares, le arrebatan a la gente su calidad de vida y mucho tiempo.
