Plan educativo de candidato puntero, blanco de críticas

En un país con serias deficiencias educativas, la propuesta es considerada un retroceso.

El rechazo de Andrés Manuel López Obrador a la reforma educativa mexicana es bien conocido desde hace años; no obstante, la promesa del candidato presidencial de cancelarla se ha convertido en un nuevo foco de críticas tanto por parte de sus rivales como de organizaciones que le acusan de no ser coherente.

Anular la reforma impulsada por el Gobierno de Enrique Peña Nieto y "detener las afectaciones laborales y administrativas" causadas a los maestros es uno de los puntos del decálogo presentado por el izquierdista el pasado fin de semana en Oaxaca, estado donde los sindicatos magisteriales tiene una fuerte influencia.

López Obrador tiene una visión "anticuada del mundo y de la educación", afirmó el martes en un mensaje a medios con motivo del Día del Maestro el candidato José Antonio Meade, del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).

El líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), continuó Meade, no tiene interés en los docentes "más allá del 1 de julio" (día en que unos 89 millones de mexicanos están llamados a las urnas) y su propuesta "no resuelve los problemas" del sistema educativo.

Mencionando sus propias propuestas en el campo de la educación, entre ellas aumentar "de manera significativa" el salario base magisterial, Meade volvió a aferrarse al argumento de que en los próximos comicios se enfrentarán modelos opuestos: "Lo que está en juego es el país que queremos".

Este argumento también ha sido utilizado por Ricardo Anaya, abanderado del conservador Partido Acción Nacional (PAN) y segundo en las encuestas de preferencia de voto por detrás de López Obrador.

Anaya aseguró el martes en una conferencia que lo que realmente pretende el ya tres veces candidato a la Presidencia es "privatizar" la educación y entregársela a grupos de interés ajenos "al compromiso con la calidad educativa" y el futuro de las nuevas generaciones.

La propuesta de López Obrador no se limita a la cancelación de la reforma, sino que también engloba aspectos como otorgar becas para estudiantes de nivel medio con el fin de evitar la deserción, dar ayudas para universitarios de escasos recursos y que no haya "ningún rechazado en las universidades públicas".

Su perspectiva es la que se ha mostrado más cercana a los posicionamientos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), la facción más crítica con una reforma que acabó con antiguos privilegios de las cúpulas sindicales.

Por ejemplo, la reforma establece un sistema de evaluación de los maestros para la cobertura de las plazas docentes, para que esto no dependa de las lealtades políticas.

La CNTE, con mayor influencia en el sur del país, organizó el martes una marcha en Ciudad de México para exigir el fin de la reforma y que el Gobierno instale mesas de diálogo.

Durante 2016, el conflicto entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) y los sindicatos se agudizó, con un paro de labores que se extendió durante meses y numerosas protestas en que los docentes exigieron ser escuchados por las autoridades.

Las críticas contra las propuestas de López Obrador también han llegado a la sociedad civil. Concretamente, a la plataforma "10 por la educación", que agrupa a decenas de organizaciones, como México Evalúa, Mexicanos Primero o el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Alexandra Zapata, investigadora del IMCO, considera que el candidato no se ha mostrado coherente en sus propuestas. "Vemos un discurso que no es diferente en los detalles, es que es completamente contradictorio en su rumbo y en su visión del país", indicó a Efe.

López Obrador remitió a "10 por la educación" su respuesta a un cuestionario en el que dijo que, si gana en los comicios, favorecerá la coordinación con el equipo de la SEP para adaptar los materiales y tecnologías de cara a los próximos ciclos escolares.

Esta idea es "absolutamente incompatible" con la de cancelar la reforma, y despierta dudas en la investigadora.

"¿Quiere echar para atrás los procesos que garantizan un piso parejo, transparente, para los profesores? ¿Cómo va a ser el esquema con Andrés Manuel? ¿Quiere regresar al pasado, donde las plazas se vendían al mejor postor?", cuestionó.

Sin duda, aseveró Zapata, en la implementación de la reforma y del nuevo modelo educativo hay "áreas de oportunidad" para mejorar, pero cancelar la norma "sería un escenario muy complicado".

"El panorama educativo es sumamente preocupante, y México no se puede dar el lujo de dar siguiera un paso para atrás en este tema", sentenció.

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