COVID-19

Lista de espera: crematorios en el Valle de México no se dan abasto

Los servicios aumentaron en 70%, lo que lleva a operar los hornos día y noche.

Telemundo

MÉXICO - El humo negro no deja de salir de los crematorios de la capital mexicana y viaja hacia las colonias cercanas, se mete a las casas y en los pulmones de quienes no tienen más que ser testigos del número de víctimas que está dejando esta pandemia.

"Eso le digo a la familia, si no se muere uno del coronavirus, se muere del humo que viene para acá", dice José Sánchez, quien vive y trabaja cerca de un crematorio.

Dentro, no cesa día y noche, el fuego en el que se consumen aquellos que no pudieron ganarle la batalla al virus.

"Estamos arriba de un 70% en incremento de cremación, todos los hornos están saturados, todo el día están trabajando", detalla Miguel Morales, uno de los cremadores.

Morales labora en Iztapalapa, la alcaldía donde más contagios y muertes por COVID-19 se registran, y dice que desde hace dos meses no descansa ni un solo dia, dobla turnos y tuvieron que contratar más gente.

Pero a pesar de ello, la lista de espera es larga porque los hornos no son suficientes.

Las condiciones actuales hacen imposible abrir la capital mexicana.

"No los dejamos descansar, no les damos el tiempo necesario para descontaminarse, además de que no están capacitados para trabajar de esa manera", advierte Salvador Marín, administrador de uno de los crematorios.

Por ello los cadáveres tienen que ser almacenados -como ha quedado registrado en diversos videos-, incluso durante días en las morgues y depósitos.

Afuera de los crematorios, como en el de Iztapalapa, considerado el epicentro de la pandemia, las familias se forman durante largas horas, en espera primero de hacer el trámite y después de conseguir un turno para incinerar a sus seres queridos.

Una vez que acceden a una cita, las carrozas hacen largas filas. Daniel Arcaraz dice que cada semana por lo menos entrega ahí 60 cuerpos.

"Para agendar una cremación son tres días", asegura Arcaraz, quien conduce una de las carrozas.

Y según las previsiones que muestra la curva de contagios, aún está lejos el momento en que las llamas se apaguen y las nubes grises dejen de evidenciar en los crematorios el número de decesos.

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