No hubo lágrimas a pesar de que sus corazones estaban destrozados; solo resignacion y agradecimiento porque después de casi cuatro años tuvieron la oportunidad de despedirse de su hijo.
Una pequeña caja fue suficiente para colocar los restos de Gerson Quevedo, el joven de 19 años, quien fue localizado en una fosa clandestina en Veracruz, luego de que en el 2014 fue secuestrado.
"Al parecer fue el Cartel Jalisco Nueva Generación", dice Michelle Quevedo, hermana de Gerson.
Michelle no puede ocultar el dolor que le provoca recordar que el mismo día que sus padres pagron el rescate, su otro hermano, Alan, de 15 años, y su novio, Miguel, de 25, decidieron ir a buscar a Gerson a una supuesta casa de seguridad, pero fueron asesinados en una carretera.
"Los acorralan un auto adelante y otro atrás y los acribillan usando armas largas", recuerda.
Desde entonces comenzó el viacrucis de los Quevedo para encontrar a Gerson. Se unieron a un colectivo y buscaron, como muchos, con su propios recursos y manos, hasta que ubicaron una fosa con cientos de restos óseos, entre los que estaba un anillo con el Padre Nuestro inscrito, justo el que usaba su hijo.
La familia del joven solo regresó a Veracruz para sepultar sus restos, después se fueron con rumbo desconocido porque tienen miedo de que los delincuentes los ataquen de nuevo.
México
Con la esperanza extinta pero con la tranquilidad de que su ser querido ya está en tierra santa, ahora los deudos se enfocarán en pedir justicia.
"Nos dicen que no hay delincuencia organizada en Veracruz y, por tal motivo, estamos apelando muy molestos", dice Gerson Quevedo padre.
Y seguirán ayudando a otros padres que, como ellos, no se darán por vencidos hasta tener en sus brazos a quienes más han querido.
