Llenaron la calle de volantes en un intento por evitar que los senadores de la república aprobaran la ley de seguridad interna de México.
"Lo que estos canallas quieren hacer es suspender derechos y garantías donde quieran, cuando quieran", advierte Gerardo Fernández Noroña, uno de los opositores.
Fernández Noroña encabezo a los manifestantes que aprovecharon el alto en los semáforos para difundir su mensaje de rechazo ante una legislación que, aseguran, no es más que la antesala a la militarización de México.
A las protesta se unieron activistas y defensores de diversas causas. Incluso, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Organización de las Naciones Unidas calificaron el proyecto de preocupante y poco eficiente para resolver el problema de la inseguridad.
La ley en cuestión contempla la reglamentación de las fuerzas de seguridad federales en tareas como el combate a los grupos criminales y faculta a los soldados y marinos para investigar, arrestar y disparar en caso de agresiones.
La propuesta fue aprobada en la Cámara de Diputados a finales de la semana pasada y a partir del martes está en manos de los miembros del Senado, donde el conservador Roberto Gil es de los simpatizantes que la definde a capa y espada.
"Aquí tenemos un desorden con el despliegue de fuerzas armadas hace 10 años, hay que poner un orden", dice Gil.
México
El propio presidente de la república la está impulsando y fueron los diputados de su partido, quienes la llevaron a la Cámara sin que muchos de los que la votaron la conocieran, según han acusado legisladores de oposición.
"Hace tiempo que la ley de seguridad interior dejó de ser solamente una valiosa propuesta para convertirse en una imperiosa necesidad", considera Peña Nieto.
Pero la última palabra la darán los legisladores en medio de las protestas y bajo la presión del costo político que este tema podría traer en plena época de elecciones.
