Con muñecas, mujeres aprenden a amarse a sí mismas

Las hay altas y bajitas, gorditas y delgadas, morenas y güeras. Tan variadas como todas las hermosas flores y mujeres que la natauraleza puso en la tierra.

Alicia no pudo contener la alegría al ver la muñeca hecha a su semejanza, con el pelo blanco y las pequeñas arrugas que son el mapa de lo que ha sido su historia.

"Yo ya me acerco a los 60 y dije 'ya estoy vieja' y justamente por eso me la desée de cumpleaños", comparte Alicia Gamboa.

Precisamente ese es el objetivo de "Las Melinas”, que todas por igual con sus diferencias y peculiaridades celebren lo bueno que cada una posee.

Marelsy es la fundadoras de esta empresa. Dice que durante su infancia, su mamá le hizo una muñeca que era igual a ella, entonces descubrió lo perfecta que en realidad era y quiso que otras como ella lo vivieran.

"Todo tiene un sustento psicológico pero está encaminado a aprender a amar tu cuerpo y a respetarlo más allá de cualquier estándar de belleza; amarte y aceptarte manteniéndote sana", dice Marelsy.

Con características únicas, las muñecas hechas con tela y estambre, a la medida de cada clienta son solicitadas en todos los rincones de este país y más allá de sus fronteras.

Las propietarias de cada Melina descubren que dio resultados cuando al mirarse al espejo, ya no buscan la figura de la mujer perfecta, sino que aprecian la belleza interior y exterior que este les refleja.

Merly descubrió su fuerza y valor a través de su “Melina”, porque siempre está con ella y cuando más la necesita simplemente la abraza.

"Y son como las mujeres, la vida te puede doblar, golpearte, lastimarte, pero siempre te pone de pie", dice Merly Castillo.

Porque así tendría que ser la vida y la primera pasión de toda mujer debería ser el amor propio.

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