Pandemia

“No sé de qué es la vacuna”: habitantes del sureste de México rechazan las dosis

El gobierno llega a más de 50 millones de vacunas aplicadas en medio de la tercera ola de contagios.

Telemundo

CIUDAD DE MÉXICO - La joven guió a la fila hacia donde las enfermeras esperaban, pero solo ocuparon algunas sillas y cientos quedaron vacías porque la mayoría de los habitantes de Chiapas, en el sureste de México, se han negado a inmunizarse contra el COVID-19.

"Porque no tengo idea de qué está hecha la vacuna y en qué me pueda afectar", argumenta una de las personas que rechazan la vacuna.

Hasta ahora poco mas del 20% de los pobladores de esta entidad han recibido al menos una dosis, por ello la secretaria de Salud lanzó una campaña invitando a los jóvenes de 18 años a llevar a dos adultos de más de 40 y a cambio les adelantarán su vacuna.

"Les aplicamos la vacuna a los tres: te cuidas tú, nos cuidamos todos”, dice la campaña.

En tanto, en otras partes del país, los contagios han aumentado en por lo menos un 22%, lo que ha provocado la saturación de más de 60 hospitales en 21 estados de la república mexicana.

En Ciudad de México, los quioscos para detectar a los enfermos están saturados.

"Nada más se están dando 300 pruebas, las cuales ya se acabaron", dice Antonio Rodríguez, trabajador en el gobierno de Ciudad de México.

Autoridades pronostican que para el fin de semana el aumento será de entre 15% y 18%.

Las filas de quienes llegan con sospechas crecen y crecen, sobre todo con jóvenes como Javier Martínez.

"No es preocupante, más bien es que va a pasar y va a pasar en todas partes", resume Martínez.

A todos ellos, el presidente Andrés Manuel López Obredor les hizo un llamado: "No se trata de que se encierren, prohibido prohibir; pero que se cuiden".

En las calles, los brigadistas tratan de convencer a las multitudes de usar gel antibacterial y el cubrebocas.

"Todavía hay gente que no cree, lamentablemente creen que son cosas del gobierno", dice Juan Rojas, uno de los trabajadores del gobierno de Ciudad de México.

Pero las pruebas de la existencia del COVID-19 se siguen dando todos los días. En un refugio capitalino murió un migrante que fue deportado hace un par de semanas de Estados Unidos.

Y por igual, en todo el país, el virus sigue vistiendo los hogares con moños negros.

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