El dólar no le ha dado tregua a la moneda mexicana.
Rozando los 20 pesos, ha tenido efectos, negativos o positivos, en quienes viven en México o visitan el país azteca como turistas.
Por un lado están quienes, pegados a la frontera con Estados Unidos, padecen los efectos, pagando rentas en dólares y vendiendo en pesos.
Muchos comerciantes han tenido que cerrar sus puertas.
Además, platican algunos residentes de la fronteriza Ciudad Juárez, los insumos han subido de costo, por lo que tienen que aumentar los precios, que la clientela se niega a pagar.
En toda la república mexicana, la caída del peso frente al dólar ha incrementado el precio de los alimentos. Las frutas y verduras han aumentado a un nivel que ha afectado la canasta básica de alimentos y la forma en que comen los mexicanos.
Pero no todo el panorama es oscuro. La cotización del dólar ha beneficiado a quienes reciben remesas de Estados Unidos.
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Mientras, en las zonas turísticas, los extranjeros estadounidenses se sienten complacidos con los pesos que obtienen por sus dólares.
El gobierno mexicano ya anunció varias medidas, como el aumento de las tasas de interés, recortes al gasto y de personal en varias dependencias y cancelación de las subastas de dólares, intentando que el peso gane terreno.
