Aumenta cifra de menores migrantes a EEUU

El sacerdote Alejandro Solalinde acompaña a un grupo de 50 a la capital mexicana.

Un grupo de 50 menores centroamericanos, procedentes de El Salvador, Guatemala y Honduras, viajaron desde el estado de Oaxaca hacia la capital mexicana en busca de mejores condiciones de vida y, en su trayecto, contaron con el apoyo del sacerdote Alejandro Solalinde Guerra.

La caravana de menores partió el domingo del albergue de migrantes Hermanos en el Camino, ubicado en Ciudad Ixtepec -en el Istmo de Tehuantepec-, hacia el Centro de Protección Internacional para Adolescentes Centroamericanos, ubicado en la Ciudad de México.

El Centro, fundado en septiembre en Oaxaca, cambió de sede a la capital mexicana ante el aumento en el número de niños y adolescentes que viajan sin compañía desde sus países rumbo a Estados Unidos y que, según Solalinde, son al menos unos 400 diarios.

Fundador del albergue Hermanos en el Camino, Solalinde es un férreo defensor de los migrantes y no duda en señalar entre las causas de la migración de los adolescentes centroamericanos a la ola de violencia causada por pandillas, como la Mara Salvatrucha.

"La migración sigue siendo crítica y sumamente dinámica porque el principal factor de expulsión obligada de los centroamericanos es la violencia, sigue estando en Honduras en primer lugar", afirmó Solalinde.

"En El Salvador, Guatemala y Nicaragua, las cifras también son altas; no solo es por la situación económica, también es por la violencia", añadió.

Según el sacerdote, la mayoría de los jóvenes que abandonan sus países, no lo hacen por gusto sino porque prácticamente son expulsados al no aceptar ser integrantes de los "maras".

"La violencia sigue en incremento, Honduras es el principal país que expulsa, porque ahí los maras los afilian y ellos no quieren sumarse a la violencia en su país, que cada vez es peor, por eso optan por salir", insistió.

Los 50 migrantes que partieron el domingo en dos microautobuses rentados por los activistas del albergue Hermanos en el Camino, oscilan entre los 12 y 20 años de edad; toda vez que en Honduras, se alcanza la mayoría de edad a los 21 años.

Los jóvenes fueron despedidos en domingo entre lágrimas de los habitantes y activistas de Ixtepec, y -además de Solalinde- son apoyados por Elizabeth Lara, representante de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Solalinde lamentó que como país, México no sea sensible a la crisis que viven los menores de edad centroamericanos y, lejos de apoyarlos, los detienen y deportan utilizando la fuerza pública.

"La respuesta que ha dado a esta crisis humanitaria de seguridad nacional, ha sido de un operativo policiaco y pensamos que esa no es la forma de tratar esta tragedia que están viviendo los hermanos de Centroamérica", dijo el sacerdote.

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