En una escalada a un nuevo nivel de las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, el presidente Donal Trump firmó este lunes una orden ejecutiva que hace efectivas fuertes medidas restrictivas contra el gobierno venezolano encabezado por Nicolás Maduro, que ha sido declarado como ilegítimo por unos 50 países y el Parlamento de Venezuela.
La medida, que además prohíbe a los estadounidenses hacer negocios con el gobierno de Venezuela, entra en vigor inmediatamente. Es la primera de su tipo en el hemisferio occidental en más de tres décadas, luego de una congelación de activos contra el gobierno del general Manuel Noriega en Panamá y un embargo comercial al liderazgo sandinista en Nicaragua en la década de 1980.
El decreto presidencial congela los activos del Gobierno de Venezuela y las entidades asociadas a éste y prohíbe todas las transacciones económicas con él.
La orden no llega a un embargo comercial absoluto, pero representa los esfuerzos más devastadores de Estados Unidos para eliminar a Maduro desde que la administración Trump reconoció al líder opositor Juan Guaidó como el líder legítimo de Venezuela en enero.
Sólo quedan fuera de esas sanciones los asuntos oficiales del Gobierno estadounidense y aquellas operaciones comerciales vinculadas con la ayuda humanitaria al pueblo venezolano.
Las sanciones anteriores se han dirigido a la industria petrolera de Venezuela, la fuente de la mayoría de los ingresos por exportaciones del país.
ASÍ REACCIONÓ GUAIDÓ
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El presidente interino Juan Guaidó dijo en una serie de tuits que "la acción es la consecuencia de la soberbia de una usurpación inviable e indolente" y contra quienes "la sostienen, beneficiándose del hambre y del dolor de los venezolanos, deben saber que tiene consecuencias".
Y agregó: "Es fundamental tener presente que la dictadura no cuenta con apoyo popular, sino de una estructura cuya fidelidad se mantiene a punta de dinero saqueado a la República. Esta acción busca proteger a los venezolanos".
