En Orlando, un presunto asesino en serie identificado como Carlos Yadiel Báez Nieves, de origen puertorriqueño, sembraba el terror. Fatia Flowers y Nichole Daniels podrían ser las últimas víctimas de este presunto asesino en serie.
Devon Whitehead, el hijo de 23 años de Fatia Flowers, recuerda con dolor la bondad y el espíritu alegre de su madre. "Era amada por todos. Era una persona feliz", afirma con voz entrecortada.
Según las autoridades, el asesino confeso llegó a Estados Unidos en 2020 y tenía un modus operandi aterrador: apuntaba a mujeres que, según su perspectiva, "no serían extrañadas". John Mina, el sheriff del condado de Orange, describió con indignación cómo "las asesinó y arrojó sus cuerpos a un costado de la carretera como si fueran basura".
El depredador actuaba con astucia y premeditación, atrayendo a sus víctimas al interior de su vehículo en una gasolinera de Orlando. Fue allí donde Fatia Flowers y Nichole Daniels cometieron el error de confiar en él.
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Devon, aún conmocionado por la pérdida de su madre, rechaza las declaraciones del asesino, quien afirmó apuntar a mujeres que intercambiaban sexo por dinero.
"No creo nada de lo que sale de su boca", dijo Devon.
Las autoridades, siguiendo la pista del vehículo del sospechoso grabado por cámaras de vigilancia, lograron detenerlo en el momento en que intentaba venderlo. Fue entonces cuando confesó los asesinatos de Fatia Flowers y Nichole Daniels.
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"Es un alivio para mí que esté tras las rejas, porque ahora no puede dañar ni lastimar a nadie más", declaró Devon.
Sin embargo, no descartan que el asesino pueda haber cobrado más víctimas, incluso en su natal Puerto Rico.
Báez Nieves permanece encarcelado sin derecho a fianza, a la espera de un juicio por asesinato en primer grado.
