Una calma cortante predomina en Caimanera donde el movimiento es escaso en el centro del poblado y frente a la sede del partido comunista.
Este fue el escenario de las masivas protestas que el fin de semana se viralizaron antes de que el régimen cortara masivamente la conexión a Internet y la provincia de Guantánamo quedara -casi completamente- sin electricidad.
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“El panorama ha estado muy militarizado hoy con las tropas de los boinas negras patrullando el pueblo y agentes de la seguridad recorriendo el pueblo en motos o en carros”, cuenta Yeris Curbelo, periodista independiente cubano.
El activista denuncia que en el poblado, el acoso es constante, por las mismas brigadas represoras que terminaron a golpes el levantamiento social. Cinco jóvenes continúan detenidos hasta la fecha, entre ellos los hijos de Victoria Martínez Valdivia y Zoraida Matos Paján.
“Están todo golpeados … pacíficamente… se estaban manifestando pacíficamente”, expresa Victoria Martínez Valdivia, madre de uno de los manifestantes detenidos en Caimanera.
Por su parte, Zoralia Matos Paján, otra madre de uno de los manifestante de Caimanera, cuenta: “mi hijo salió de la casa y se fue a buscar al hijo de ella porque se estaba fajando y cuando lo agarraron le cayeron a bastonazos en la cabeza”.
El domingo amaneció en la localidad con los llamados actos de reafirmación revolucionaria, en los medios y redes, la propaganda oficial justificaba -casi de forma irracional- lo ocurrido, diciendo que se trataba de una fiesta popular o que ciudadanos ebrios habrían generado la manifestación contra el castrismo.
Local
En Caimanera sólo se habla de tres cosas: la opresión, el hambre y la pobreza extrema que allí se vive.
Orlando Gutiérrez Boronat, vocero del Directorio Democrático Cubano dice “que el régimen ha perdido el control de la base, que el pueblo quiere cambio y que la gente está dispuesta a asumir ese precio por el cambio”.
Este líder del exilio sostiene que lo ocurrido es significativo.
El poblado de 10 mil habitantes, limita con la base naval de EEUU en Guantánamo e históricamente allí se vive bajo una seguridad reforzada por el regimen.
“En el oriente del país hay cuatro millones de personas. Es una zona que históricamente se ha levantado contra distintos regímenes. En el momento que ese triángulo se levante, el régimen tiene serios aprietos y estaría contra la pared”, considera Gutiérrez Boronat.
