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Restaurantes del sur de Florida sufren el impacto de la variante Ómicron

Empleados con el virus y una caída en la presencia de comensales, complica el panorama de uno de los sectores más golpeados por la pandemia

Tras dos años de pandemia, restaurantes del sur de Florida que se estaban recuperando del golpe económico causado por los días de cierre y la poca afluencia de clientes en los días más fuertes de la presencia del coronavirus, vuelven a sufrir, en esta ocasión debido al repunte de casos por la variante Ómicron.

“Fue bien fuerte para nosotros”, señala Juan Alvarado, propietario de Restaurantes Caribe, quien dice que ya estaba acostumbrado a los altibajos de dos años de pandemia, pero los contratiempos de Ómicron -asegura- no los vio venir.

Mantener la nómina y el funcionamiento de su cadena de restaurantes se ha convertido en un desafío, debido a empleados positivos al COVID-19 y otros expuestos a la contagiosa variante.

Otra preocupación es la caída de las ventas debido al temor de los clientes a sentarse en espacios cerrados durante este repunte de casos, lo que enfrentan con el uso de terrazas o espacios abiertos para ubicar las mesas.

Sólo la semana pasada, más de 98 mil personas resultaron positivas al virus en Miami-Dade. En restaurantes, donde el trabajo virtual no existe, cada empleado enfermo es un esfuerzo extra para los que quedan.

Fabián Hernández, empleado del restaurant Caribe, explica que ha tenido que redoblar horarios debido a la ausencia de algunos compañeros.

Lo mismo experimentan en el restaurante Selva Negra de la Pequeña Habana, donde hacen esfuerzos para protegerse y proteger a los clientes, porque cada nuevo caso, dicen, recuerda lo peor de la pandemia.

El principal temor es que tengan que volver a cerrar, algo que no se ha planteado desde las autoridades locales y federales, pero que se sustenta en los numerosos casos de empleados con el virus.

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