Los restaurantes y negocios de los Cayos del sur de Florida pueden abrir desde este lunes, pero la nueva realidad dista mucho de lo que vivían antes de iniciar la pandemia y el cierre obligatorio por el nuevo coronavirus.
Ahora que restaurantes y tiendas minoristas pueden abrir al 25 por ciento de su capacidad, propietarios y empleados enfrentan un nuevo reto en una zona que permanece cerrada al turismo: conquistar al cliente local.
Muchos residentes en los Cayos trabajan en los hoteles y los hoteles están cerrados. Eso significa que no hay empleo ni dinero para gastar.
Una ecuación que parece conducir al fracaso económico. Sin embargo, los residentes no pierden la fe y creen que se van a recuperar.