En enero de este año, Juan Iglesias fue despedido de la policía de Hialeah, y según nos contó su odisea comenzó en el año 2015, cuando el jefe de policía obligaba a su personal, a poner un mínimo de 3 infracciones por día.
Iglesias consideró que aquel pedido era ilegal y por eso se lo informó mediante una carta al jefe de policía. Dice que también lo hizo con el alcalde de la ciudad, pero nada cambió. Por el contrario, cuenta que empezó a recibir sanciones disciplinarias.
Los empleados públicos que se animan a denunciar, como lo hizo Iglesias, sufren daños por angustia, humillación, vergüenza, perdida de la dignidad, y su reputación queda por el suelo, según su abogado.
Iglesias dice no ser el único que fue sancionado, pero otros policías no se animaron a hablar y mucho menos a iniciar una demanda como él lo hizo.
Iglesias se considera buen policía y un hijo de Hialeah, por eso quiere regresar a su trabajo, en la misma ciudad que lo vio crecer y no en otro departamento de policía.
Por ahora no hay una decisión final de la justicia sobre el caso. Ahora hay que esperar para saber si el caso avanza y llega a juicio. Este policía de Hialeah ya no cobra su sueldo y nos dijo que la situación económica de su familia está muy complicada por esa razón.
