Coronavirus

Pasajero cubanoamericano del Grand Princess revela detalles sobre la cuarentena

El crucero permanecía este sábado en aguas del Pacífico a unos 80 kilómetros (50 millas) del puerto de San Francisco.

Telemundo

Era la promesa cumplida de unas paradisíacas vacaciones en el Pacífico y para Eddy Castellanos todo marchó de maravilla durante los primeros días del viaje, antes de ese 1o de marzo, cuando supo que en el crucero Grand Princess las cosas no andaban bien.

“El día 1o de marzo nos informan que el viaje a México se cancelaría y que regresaríamos a San Francisco (California) porque había 45 pasajeros con un flu (inflienza) un poco fuera de lo normal”, contó el cubanoamericano, Eddy Castellanos, en videollamada con Telemundo 51.

La embarcación había zarpado desde San Francisco el 21 de febrero, recorrió después las islas de Hawái y se dirigían a México cuando escucharon las primeras malas noticia.

“Todos queremos saber qué va a pasar con nosotros, cuándo nos van a liberar o hacer las pruebas para saber si estamos infectados”, se pregunta Castellanos.

Desde el 3 de marzo, unas 3,500 personas permanecen en cuarentena a bordo del crucero. Sólo a 45 se les ha practicado la prueba para detectar el virus y este sábado trascendió que 21 de ellos, 19 trabajadores y dos pasajeros, han contraído el COVID-19. Castellanos no está en ese grupo.

Sobre la manera en que está llevando a cabo la cuarentena, Castellanos señala que no puede salir de su habitación. “No nos dejan salir de las habitaciones, no podemos salir ni a tomarnos un café (…) no podemos salir ni al pasillo; nos dan un papel con lo que vamos a comer”, revela.

Según contó Castellanos, hay un teléfono en la habitación desde el cual puedes llamar al 911 y explicar los síntomas que tienes.

Hasta el papa Francisco modificó su misa dominical. Aquí lo último del coronavirus en el mundo.

Eddy Castellanos permanece recluido en su pequeña habitación y el único contacto con el resto de los pasajeros es a través del balcón. Desde allí ve como la guardia costera lleva provisiones al barco

Su mayor temor es pensar que la persona que le está dando la comida tenga el virus. Finalmente, envía un mensaje a las autoridades federales. 

“Todos los que estamos aquí somos ciudadanos americanos (…) nos deben una explicación; nos deberían hacer el test por lo menos”, señala.

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