En medio de un apagón que sumió a Santiago de Cuba en la oscuridad, los ciudadanos salieron a las calles el pasado lunes en una manifestación que reflejó el creciente descontento hacia el gobierno de la isla. Al ritmo de una conhistoriasga y entre consignas de libertad, los santiagueros expresaron su malestar ante las condiciones de vida cada vez más precarias.
Desde el domingo, las protestas han ido en aumento, evidenciando la profundidad de la insatisfacción popular. Las voces de descontento resonaron en las calles, desafiando el control del régimen y exigiendo cambios.
La organización independiente Cubalex reportó al menos cinco personas detenidas después de las protestas en varias ciudades, incluyendo Bayamo, Santiago y El Cobre. Estas personas permanecen bajo custodia de las autoridades, lo que refleja la represión que enfrentan los manifestantes.
En medio de este panorama, la situación de José Daniel Ferrer, líder de la UNPACU, sigue siendo preocupante. Su hija pudo verlo después de exigir una fe de vida, pero solo por dos minutos y en condiciones alarmantes, según denunció su familia.
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Mientras tanto, el régimen cubano insiste en culpar a Estados Unidos por las protestas y la agitación social en el país. Sin embargo, las voces disidentes y las familias de los detenidos señalan que la responsabilidad recae en el propio gobierno y su gestión económica.
La detención del exministro de Economía, Alejandro Gil, aunque no confirmada oficialmente, genera preocupación entre sus familiares, quienes denuncian su incomunicación y exigen respuestas sobre su paradero.
Según la hermana de Gil, el régimen busca un chivo expiatorio para culparlo de la difícil situación económica del país, mientras ignora las legítimas demandas del pueblo cubano.
