La nueva normalidad para el consultorio de los dentistas comienza una rutina conocida: la llamada del paciente para hacer su cita, y además deberá responder unas preguntas:
“Si han estado enfermos, si han tenido fiebre, si han estado expuestos a alguien que tenga la enfermedad. Y si me contestan sí, le hacemos la cita para otro día”, dice el dentista Julio Hernández
Al llegar al consultorio, le tomarán la temperatura, para luego seguir un protocolo sanitario.
“Todo el mundo tiene que entrar con la máscara puesta. Tenemos gel antibacterial, que tienen que limpiarse las manos cuando llegan a la oficina. Se enjuagan boca en cuanto llegan con un enjuague antibacterial y antiviral”, dice Hernández.
Dentistas y asistentes también han incrementado sus medios de protección personal.
El dentista dice que “Tenemos los espejuelos. Tenemos las máscaras N 95 especiales. El staff usa “face shields”. Tenemos mangas largas y también un gorro”.
Los consultorios de dentistas siguen ahora medidas de desinfección que antes eran sólo de hospitales.
Una luz ultravioleta que esteriliza todo lo que toca en el cuarto. A parte, tenemos un filtro de aire que tiene un “Hemma filter” y una luz ultravioleta dentro, y recicla todo el aire.
Tras el cierre inicial el 20 de marzo, el doctor Julio solicitó el préstamo para pequeños negocios y le fue concedido. Gracias a eso, hoy ha podido reabrir.
El dentista Hernández dice que ‘La cuarentena para mí fue divina, porque yo trabajo tanto y tener un tiempo libre fue una bendición. Para mí, es una alegría poder venir a trabajar y darle empleo al staff y tratar a los pacientes de nuevo. Para mí es una alegría regresar”.
