Lo que para una mujer comenzó como una práctica de manejo, terminó siendo un desenlace mortal, que hundió a su familia en una desconcertante tragedia.
María Esther Guzmán, de 32 años murió como consecuencia de los golpes que sufrió tras perder el control del vehículo en el que practicaba y caer dentro de un lago.
La víctima confundió el freno con el acelerador, cuando manejaba en compañía de un amigo y de su hijo de 10 años.
Un transeúnte ayudó a rescatar al amigo y al niño del agua.
La víctima deja 4 niños huérfanos.