Hoy recordamos a un valiente niño que luchó como un verdadero guerrero por su vida tras ser diagnosticado con un raro desorden genético. La esperanza era un trasplante de medula ósea, pero no se dio. Lamentablemente Julián Morales perdió su batalla el viernes.
Julián tenía solo diez años de edad y lo recordaremos por muchas cosas: su sonrisa, su dulzura y por tratar de crear conciencia sobre la necesidad de registrar a más latinos como posibles donantes de médula ósea.
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Los amigos de Julián dicen que siempre recordaran la sonrisa del nino que jugaba por toda la casa, como lo hacía cuando lo conocimos en el 2017.
Su condición le fue diagnosticada cuando tenía 3 años: dyskeratosis congénita, un raro desorden genético que afecta varias partes del cuerpo incluyendo la piel, y para el cual le recomendaron un trasplante de médula ósea.
Julián encontró dos donantes de médula ósea, pero no se pudo realizar el trasplante. Entonces se tomó otra alternativa con células madre.
Julián se trató con médicos en un hospital de Cincinatti donde permaneció un año. Hace un mes regresó a casa. Pero el se enfermó otra vez y el lunes tuvieron que llevarlo para Cincinatti para el hospital donde falleció.
La familia espera a Julián esta semana para planificar su funeral.
