En solo unos días han fallecido dos oficiales de policía en el sur de Florida debido a complicaciones luego de contraer el coronavirus. Este fin de semana se conoció por un comunicado emitido por la oficina del Alguacil de Palm Beach:
“Nos entristece anunciar el fallecimiento de nuestro querido sargento José Díaz Ayala, de 30 años. Murió hoy como resultado de la lucha contra el Covid-19. El sargento Díaz Ayala estaba luchando contra otros problemas de salud subyacentes antes de contraer el coronavirus".
Por otra parte en el condado Broward el agente Shannon Bennett, un veterano de 39 años que llevaba 12 años en el departamento, murió también este viernes por la noche después de haber dado positivo al coronavirus el pasado 24 de marzo.
En una rueda de prensa, el alguacil de Browar, Gregory Tony, dijo que Bennett había empezado a sentirse enfermo el 23 de marzo. Fue al hospital el próximo día y tras una prueba dio positivo al virus.
El 27 de marzo ya Bennett esta internado en un hospital y se estaba recuperando, según informó Tony, pero la tragedia sucedió el 3 de abril por la noche cuando falleció. "Desafortunadamente, la situación empeoró ayer (el viernes) por la noche," explicó Tony.
"Esto nos recuerda que como personal de primera intervención, estamos en primera línea con este virus, y no somos inmunes, también podemos ser víctimas de la enfermedad."
Local
Darren Bennett, el hermano del oficial de Broward que murió por coronavirus no puede contener las lágrimas al pensar en lo sucedido. "Una parte de mi se ha ido. No voy a escucharlo nunca más".
"El se sentía mal, sentía como que se le perforaban los pulmones", recuerda Darren de los últimos momentos de sus hermano. Los familiares cuentan que Shannon era un hombre sonriente y apasionado por su trabajo, pero no pudo con esta batalla y perdió la vida por el covid-19 este viernes.
Esta es la primera muerte de un policía que se reporta en el sur de la Florida. Shannon quien estaba comprometido y tenía planes de casarse en diciembre deja una estela de tristeza no solo entre sus compañeros de trabajo sino también en su familia.
"Estoy destruido, no hay otra manera de decirlo, es bien triste, pero mi confianza, esperanza y fe están en Dios. Le imploro a todo el mundo en la comunidad que, por favor, tomen esto seriamente. Quédense en casa", dijo el hermano del oficial muerto.
